En el descanso de cada partido en el Liberty Stadium, en aquella temporada 2012-13, se repetía la tradición. Niños y niñas con la camiseta del Swansea, no más de 7 u 8 años, trataban de marcarle un gol a la mascota del equipo, un cisne con escasos reflejos. Los que lograban, todos ellos, repetían el mismo ritual: se llevaban la mano a la oreja y miraban a la grada. Lo mismo que hacía su ídolo semana tras semana. Esa celebración se hizo habitual en cada pachanga de colegio o partido callejero en Swansea. Porque Michu ha destacado en su carrera, además de por su acierto goleador, por conectar con la grada.

Es conexión se rompe ahora, a los 31 años, antes de lo deseado por cualquier deportista. Un final abrupto, como ya adelantó días atrás LA NUEVA ESPAÑA, con una explicación muy clara. "El estado actual de mi tobillo derecho, confirmado por los informes médicos, hace que me vea en la obligación de decir adiós como futbolista profesional", empezó el asturiano su carta de despedida, dirigida al fútbol. Una emotiva misiva que el Real Oviedo difundió a través de su página web y que puede leerse de forma íntegra en la siguiente página. En ella, Michu aprovecha la oportunidad para darle las gracias al fútbol: "Me siento un privilegiado por cumplir el sueño de tantos niños que empezamos a flirtear contigo desde pequeñitos. El sueño de llegar a ser profesional de este deporte".

La decisión de Michu está meditada desde hace tiempo. Su camino se empezó a torcer en noviembre de 2013, el momento menos oportuno. Michu había debutado como internacional con España un mes antes. Tenía 28 años y estaba asentado en el sorprendente Swansea, campeón de la Copa de la Liga por vez primera en su historia. En ese momento de euforia, el ovetense sufre un esguince en el tobillo izquierdo. Hasta ahí todo normal. Pero en plena recuperación, cuando el internacional desciende de una máquina de gravedad, nota algo raro en el otro tobillo, el derecho. Un dolor diferente.

Michu siempre describe ese momento del primer dolor con nitidez, consciente de que su vida deportiva cambiaría a partir de entonces. El dolor no cesa y Michu se opera en diciembre de 2013 en Oporto. Regresa a los terrenos de juego en marzo pero las molestias no han desaparecido por completo. Algo no funciona como debería. Tampoco remite el dolor en el verano. El Swansea decide cederlo al Nápoles y Michu tiene la esperanza de poder jugar sin problemas. Lo intenta desde el principio pero hay un partido en el que se da cuenta de que no puede competir: es en octubre de 2014, ante el Young Boys suizo, en un partido disputado en césped sintético. Ahí termina la temporada en Italia. Y la vuelta a empezar después de otra operación.