Extraña especialmente que por el Oviedo nunca haya pasado un italiano. No tanto que países con menos tradición, como Kenia o Eslovenia, estuvieran huérfanos en la historia azul. El caso de Hungría es diferente. Sí hay tradición y hasta hay quien está convencido de que por Oviedo pasó un futbolista húngaro. Lo confunden con Szegedi y hay razones para ello. Este futbolista, que era rumano, llegó a jugar en un equipo de Budapest y antes de venir a España, al Barcelona, formó parte de un conjunto integrado por jugadores húngaros en Roma. Además, Szegedi estaba casado con una mujer húngara, Elka Stolarcsik.

Hidi, el mediocentro húngaro que acaba de incorporar el Oviedo, puede servir, además de todo lo que aporte en el campo, para rescatar la increíble historia de Szegedi. Pero además de la húngara, el Oviedo ha sumado tres nacionalidades más. Fabbrini, que tuvo la desgracia de caer gravemente lesionado cuando tan solo llevaba seis días entrenando a las órdenes de Anquela, es el primer futbolista italiano que ha vestido una zamarra que curiosamente comparte color con la de la selección nacional de su país. Una selección con la que Fabbrini había disputado un partido.

Las otras dos nacionalidades que se estrenan en el Oviedo son la keniana, con Mariga, y la eslovena, con Pucko. El primero es el único africano de la plantilla. Por el equipo azul habían pasados bastantes jugadores africanos: dos cameruneses (Owona y Omgba), un costamarfileño (Koné) y un senegalés (Martins). Pucko, por su parte, también supone una novedad. Su vecina Croacia sí está entre las nacionalidades que han dejado huella en el Oviedo con Jankovic, Jerkan y Prosinecki.

Una de las cosas que más está llamando la atención de la plantilla que está confeccionando el Oviedo esta temporada es la cantidad de jugadores extranjeros que están llegando. Además de estos cuatro, pioneros vistiendo la camiseta azul del club carbayón, han llegado el uruguayo Cotugno y el argentino Nahuel Valentini. Estos dos son precisamente las dos nacionalidades que más representantes han aportado al Oviedo, al margen, lógicamente, de la española.

El país extranjero que más futbolistas ha aportado al Oviedo es Argentina, que, con la llegada de Nahuel Valentini, suma 26 jugadores en la historia del equipo azul: Sará, Martino, Sánchez, Massey, Álvarez, Sánchez Lage, Sande, León, Solé, Fullone, Diéguez, Palmieri, Omar, Darío, Lozano, Lonardi, Camaño, Marcucci, Gamboa, Borrelli, Pompei, Buljubasich, Gastón Pezzuti, Lucas Iglesias, Mantovani y ahora el central Valentini.

En el caso de Uruguay, son ya once los jugadores de este país que han pasado por el Oviedo. Además de Cotugno, la pasada temporada estuvieron en el Oviedo Carlos de Pena, que llegó en el mercado de invierno, y Alániz, que se marchó mediada la Liga. Antes habían estado: Salaberry, Bartolotta, Peruena, Vargas, "Juanchi" González, Mateo Corbo, Rotundo y Diego Meijide.

La aportación de Argentina y Uruguay no se acaba en el apartado de jugadores. También han pasado entrenadores de estas dos nacionalidades por el banquillo azul. El más reciente es Sergio Egea, el técnico que logró el ascenso a Segunda División. Mucho antes había estado un compatriota suyo, Picabea, que entrenó a los azules dos temporadas, entre 1957 y 1959. Curiosamente también Picabea logró un ascenso con los azules, en este caso a Primera División en la campaña 1957-58. En el caso de Uruguay, se trata de Óscar Washington Tabárez, que estuvo en el Oviedo la temporada 1997-98. El técnico uruguayo ha tenido después una larga y fructífera etapa como seleccionador de su país. Una etapa que comenzó en 2006 y que sigue en la actualidad.

Todos ellos han hecho del Oviedo un equipo querido y seguido en todas partes.