A bastante gente le suena que por Oviedo pasó un húngaro. Los que tienen esa idea piensan en Szegedi, un centrocampista rumano que jugó en el Oviedo en la temporada 1952-53. Este futbolista espigado (medía 1,92) llegó al conjunto azul procedente del Barcelona, con el que había ganado Liga y Copa y donde había compartido vestuario con el ilustre Kubala, este sí húngaro. De hecho, a Szegedi, fallecido en Australia en 1978, le han hecho un documental y un libro en su país contando su historia y destacando que fue el primer rumano en jugar en el Barcelona.

La confusión con la nacionalidad de Szegedi está justificada. El futbolista, que nació en Grimancauti, una pequeña localidad que cuando él nació era rumana y en la actualidad es moldava, jugó un año en Budapest, pasó por el Inter de Milán y después formó parte de un combinado de exhibición compuesto por jugadores húngaros en Roma. Además, estaba casado con una mujer de ese país, Elka Stolarcsik.

Szegedi fue muy conocido en Oviedo porque abrió una salón de bolos junto a otro futbolista azul, Sará. Un local que fue muy famoso entonces y que estaba situado en la pasarela, dando ya hacia la calle Independencia. Tras su etapa de futbolista, Szegedi comenzó otra de entrenador que le llevó a dirigir al Lleida y al Sabadell. Murió en Sidney (Australia) donde curiosamente entrenó a un combinado que se denominaba Budapest Sidney. Y es que este rumano, que jugó nueve partidos con su selección, hizo mucho por ser confundido con un húngaro.