En los primeros 45 minutos el equipo que llevó el ritmo del partido fue el Oviedo, aunque el Éibar fue más peligroso en sus escasas incorporaciones al ataque. A los siete minutos, Kike García aprovechó un balón en la frontal del área para realizar un disparo que dio en el palo. El mismo jugador estuvo cerca de aprovechar unos minutos después un error del central Carlos Hernández. El remate se le fue desviado.

Viti, en el minuto 17, vio una amarilla por cortar una contra peligrosísima del Eibar. La falta fue lanzada por Jordán, que obligó a estirarse a Alfonso Herrero. También la tuvo el Oviedo a cinco minutos del descanso. Un pase largo de Linares lo aprovechó Aarón Ñíguez para rematar y obligar a Dmitrovic a sacar in extremis un disparo que a punto estuvo de convertirse en el primer tanto del encuentro.

Nada más comenzar la segunda mitad marcó el Eibar. Verdés agarró dentro del área a Kike García y fue el propio delantero el que transformó la pena máxima de manera inapelable. Los cambios que introdujo Anquela en el Oviedo tanto a la salida de vestuarios como un cuarto de hora después no trastocaron en ningún caso el dibujo. El esquema fue el mismo, con un mediapunta por detrás del delantero, en este caso de Toché. Primero fue Edu Cortina, que, después, con la entrada de Asier, pasó a jugar algo más retrasado. Asier fue otro de los que dejó detalles de un enorme talento.

El Oviedo buscó que al menos se diera el empate, pero le costó generar ocasiones. Las más claras fueron una acción de Edu Cortina, que le pasó a Saúl Berjón y su disparo lo despejó el portero. Berjón también le sirvió un balón a Asier, al que se le adelantó un defensa. En definitiva, el Oviedo dio en Torrelavega un paso más en su evolución.