A la plantilla del Oviedo le toca apretar los dientes y hacer un último esfuerzo antes de que llegue el encuentro ante el Rayo Vallecano (domingo 20 de este mes, a las 19 horas). La pretemporada es quizás la parte del curso más desagradable y la más cansada para los futbolistas. Una vez que empieza la competición, la duración de los entrenamientos se reduce y también la carga física. El fondo se coge durante el verano mientras que a lo largo de la temporada se trata más de evitar que el jugador caiga lesionado que de mejorar su estado de forma.

Al Oviedo le tocará empezar a bajar un poco el frenético ritmo de entrenamientos que está siguiendo ya a partir del próximo lunes. Pero esta semana promete ser dura. Los azules se dieron un respiro tras empatar a ceros con el Deportivo el sábado pasado: dos días de descanso y regreso al trabajo el martes por la tarde. Pero ayer volvió la doble sesión, siendo especialmente complicada la de la mañana. Más de dos horas ejercitándose bajo una intensa lluvia y siguiendo las órdenes de un Anquela que les apretó las clavijas y que no bajó el ritmo en ningún momento. "Échate saliva", les decía a los jugadores si se lamentaban por algún golpe.

Y es que el técnico de Jaén es consciente de que el camino del trabajo es el único que les puede llevar a ser un equipo competitivo, en condiciones de pelear por los puestos privilegiados de la categoría ante plantillas muy bien armadas. Anquela necesita poner a tono a los nuevos fichajes, que cojan lo antes posible los conceptos que está intentando inculcar a la plantilla. Especial énfasis está haciendo el entrenador andaluz en la parte ofensiva, pidiendo a sus jugadores que memoricen los movimientos, que jueguen por las bandas y lo hagan a la mayor velocidad que les sea posible.

Todas las pruebas que viene realizando Anquela y que tratará de depurar en los entrenamientos de hoy (mañana y tarde) y de mañana (a las 9 de la mañana en el Tartiere) van enfocadas a que los dos ensayos que les quedan por delante a los azules salgan bien y sirvan para sacar conclusiones positivas. El primero de ellos tendrá lugar mañana, a las 19 horas, ante el Mirandés en Miranda de Ebro. Allí se reencontrarán con el exjugador azul Diego Cervero y tratarán de dar un nuevo paso adelante. Pero el ensayo general importante tendrá lugar al día siguiente, el sábado, en Luarca ante el Valladolid (19 horas, TPA). En este último amistoso el Oviedo se medirá a un rival de su categoría, un equipo llamado a competir con los azules por los puestos de arriba. Será una buena ocasión para observar la evolución de las últimas incorporaciones. Estos dos partidos han de dar información sobre la aportación que pueden dar al equipo tanto el húngaro Hidi como el keniano Mariga. Dos futbolistas que han llegado para reforzar el centro del campo del Oviedo y que tendrán que dar soluciones a Anquela para problemas como el que ha supuesto la lesión de Fabbrini.

También será una buena ocasión para coger mejores sensaciones en ataque. El Oviedo solo ha marcado dos goles en pretemporada y necesita dar un paso adelante tanto en su faceta anotadora como a la hora de generar ocasiones. Para conseguirlo, Anquela tendrá que encontrar la solución que está buscando tras la lesión del internacional italiano. Todo ello mientras espera por el refuerzo o los refuerzos que faltan para dar por cerrada la plantilla. Piezas que han de dar profundidad al ataque del Oviedo.