"Está todo preparado para el inicio de la competición". Aunque en algún momento hubo dudas sobre si la obras estarían terminadas cuando el árbitro marcase con su silbato el comienzo del primer partido liguero, tal como confesó ayer la concejala de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, el Ayuntamiento de Oviedo ha logrado terminar en un "tiempo récord" y de forma "satisfactoria" la sectorización del Fondo de Norte, principal reclamo de una parte de la afición azul. De este modo, la nueva grada de animación, que debuta mañana ante el Rayo Vallecano, estrenará una delimitación que "cumple con todas las medidas de seguridad". Lo hará, no obstante, tras perder 72 asientos, que tuvieron que eliminarse para colocar las vallas. Una renuncia necesaria en las filas más cercanas a la estructura metálica, donde tuvieron que retirarse localidades para hacer más anchos los peldaños de las zonas de escaleras.

De este modo, la supresión garantiza que el tránsito a ambos lados de las barandillas con las que se ha dividido la grada se realiza de forma adecuada. La seguridad ha sido también el motivo que ha llevado a colocar puertas en todas las separaciones que conforman la delimitación. En un recorrido por la zona de la grada del Carlos Tartiere que ha sido reformada, Ana Rivas apuntó que la posibilidad de abrir paso en la estructura metálica permitirá a los aficionados cambiar de zona en caso de que sea necesaria una evacuación de emergencia. Las obras, que fueron realizadas a través de la partida municipal destinada al mantenimiento del estadio, suponen además una apuesta de futuro. Para comprobar que la sectorización cumplía con todos los requisitos, el Ayuntamiento solicitó un informe que acredita que la acotación se ajusta a la normativa vigente. De este modo, las medidas tomadas para delimitar el Fondo Norte servirán de base cuando llegue el momento de afrontar la delimitación completa de las instalaciones deportivas. Una tarea, señaló la edil de Infraestructuras, de mayor magnitud y, por tanto, más compleja.

La socialista aprovechó también la ocasión para pedir la colaboración y el compromiso de la afición a la hora de mantener la grada de animación, formada por unos 1.200 asientos, en buen estado de conservación. Asimismo, llamó la atención sobre el césped, que ayer mostraba un aspecto inmaculado y "unas condiciones óptimas". "Podemos dar por superada la crisis de la temporada pasada", celebró la titular de Infraestructuras. Recordó, sin embargo, que el Carlos Tartiere "es un campo difícil" y sufre cada año el impacto del invierno ovetense. Con las reformas realizadas, el Ayuntamiento da por cumplidas las labores que tenía que afrontar a lo largo del parón estival y solo falta que ruede el balón y ruja la grada.