Paciencia azul

Después de una semana desde la vuelta de las vacaciones ya nos vamos aclimatando a la rutina de cada día, santa rutina de los fines de semana con la vuelta del Real Oviedo a los terrenos de juego.

No pude ver el partido contra el Almería, pero por lo leído y posteriormente escuchado realizamos un partido bastante serio en todos los aspectos. Seriedad e intensidad son dos buenos adjetivos que debemos seguir manteniendo para aspirar a todo.

Vamos a tener un poco de paciencia y confiar en el cuerpo técnico, jugadores y directiva. Solo llevamos dos jornadas y ya se empiezan a escuchar opiniones (todas respetables) en contra del equipo, los resultados mandan.

Es difícil no mirar hacia atrás y ver como estábamos hace 3 años, soy bastante cansino en recordar la época dura del club, pero eso hace sentirme mejor con mi Oviedismo. También es difícil no encontrar en la convocatoria a dos pesos pesados del Oviedismo como Esteban y Michu, pero los jugadores pasan, el escudo se queda. Seguro que este año encontraremos otro faro que nos ilumine.

Tuve comida con una peñista este último sábado y me comentaba que debo seguir tirando de mis vivencias/anécdotas del Real Oviedo que son muchas y más desde que vivo en Ámsterdam.

Recuerdo hace poco que sentado en un banco cerca de un canal, una pareja de españoles adolescentes compartieron mi asiento. El chaval se quitó su mochila de la espalda y cuál fue mi alegría de ver el escudo azul. Fue tan fuerte mi abrazo y mi Hala Oviedo que creo que la chavala tuve un buen ataque de celos.

Vivencias de una forma de vivir, de una forma de sentir que intento que sea duradera y verdadera. Este verano sentí que poca gente la entiende, desconozco si lo ven raro o piensan que estoy algo mal de la cabeza, pero cuando se habla del azul y del Oviedismo mi postura es innegociable.

Paciencia hasta que llegue el partido del próximo del domingo contra del Reus y paciencia para afrontar los pocos días que quedan de cara al derby asturiano.

Sin más, os mando un fuerte abrazo y, repito, mi locura no se negocia.