A menos de un día del derby del norte, me encuentro finalizando mi jornada laboral y qué mejor que expresar lo que siento ante dicho acontecimiento. Para mí no es un partido de futbol, es algo más. No me gusta el concepto de sana rivalidad, me inclino mejor por rivalidad a secas. Rivalidad de dos equipos, rivalidad de dos ciudades y rivalidad de dos aficiones.

Socio y tesorero (mis hijos) no entienden como podemos jugar contra un equipo que no causa mucha gracia en nuestro núcleo familiar. Si no nos gusta pues jugamos contra otro equipo, dicen ellos.

Jugamos en Gijón después de más de una década, no tenemos nada que perder y mucho que ganar. Volver a la escena futbolística y dar un puñetazo encima de la mesa. Lucir nuestros colores y nuestro escudo.

Estaré lejos muy lejos, pero la sensación que tengo ahora mismo es de estar en Vetusta, estar con todos los oviedistas que hemos tragado y sufrido tanto y que ahora por arte de magia tenemos que olvidar. Derby a secas, cánticos contra tu enemigo, pancartas que expresan lo que sientes de verdad, Derby señores, ni más ni menos.

Si perdemos sufriré y me callaré. Si empatamos sonreiré. Y si ganamos me tumbaré donde esté, miraré al cielo azul y diré: "14 años han valido la pena para ver que nuestro infierno particular se ha vuelto azul de repente´".

Porque como decía Miguel Fernandi ´´Esti muerto está muy vivu´´

HALA OVIEDO

O V G