Apareció Toché en el área en ese tramo en el que definen los partidos. Apareció para marcar, cómo no. Embocó a la red, al primer toque (marca de la casa) y disparó la celebración meditada: se desajustó el brazalete, lo cogió con las dos manos y lo enseñó a la grada. Era una dedicatoria colectiva, un guiño a la afición azul. En el época de los goleadores ególatras, los que se señalan el nombre de forma compulsiva en cada tanto, Toché cambió la perspectiva. "Este brazalete representa un sentimiento. Está nuestro escudo, pone nuestro lema: 'Orgullo, valor y garra'. Quería dedicárselo a la afición", señaló al final del choque. El gol tiene varias lecturas. Sirvió para que el Oviedo salvara un punto, que en el terreno de las emociones puede ser aún más valioso. También fue el golpe definitivo para derribar el muro que Paco Herrera había levantado en este inicio de temporada.

Al quinto partido de la temporada, llegó el primer gol en contra del Sporting. Los rojiblancos se habían mostrado hasta la fecha como un equipo sólido, que concede poco al rival. También le había acompañado la suerte. El mejor ejemplo se vio en la Copa, con dos penaltis fallados por el Reus. La combinación de elementos había dejado la meta inmaculada en los choques ante el Alcorcón (0-0), Lugo (2-0), Nástic (0-4) y Reus (0-1). A los 85 minutos fue Toché el que acabó con la marca dejándola en 445 minutos sin encajar.

El murciano se sitúa con tres tantos como el máximo goleador de la categoría al igual a Saúl Berjón, el inesperado anotador de este inicio, como el más acertado entre los azules. También con tres dianas se sitúan Borja Iglesias (Zaragoza), Barral (Cádiz) y Pere Milla (Numancia). "Ojalá estemos mucho tiempo tanto Saúl como yo como máximos goleadores porque sería una buena señal", indicó Toché tras el choque antes de acordarse de su compañero en el área: "Cuando se hablaba de fichar a otro delantero Linares y yo nos mantuvimos al margen. Ojalá Miguel haga pronto goles porque vamos a necesitarle".

El reto personal para Toché está claro: tratar de superar su marca de las dos últimas temporadas. En sus primeros años clavó las cifras: 17 cada temporada. Ahora, con tres dianas en cuatro jornadas (su mejor inicio realizador en el club azul) el reto es asumible. "Tengo que hacer lo de siempre. Si trabajas, siempre acaban llegando los goles. A ver si logro mejorar las cifras del año pasado", señala el murciano, por tercer curso consecutivo, el hombre gol del Oviedo.