Para recibir al Reus, Anquela también tuvo que suplir las bajas de Mariga (lesionado en Almería) y Viti. Al amparo del Tartiere, el jienense volvió a tirar de Linares. El aragonés fue la única novedad, en lugar de Rocha, aunque el dibujo sí cambió: un 4-4-2 que mutaba en 4-2-3-1 en algunas fases. Lo que no cambió fue la propuesta: presión arriba, juego rápido y ataque por las bandas. El 3-0 reafirmó el trabajo de El Requexón.

La semana más esperada estuvo salpicada por la Copa y por nuevas ausencias. Hidi y Johannesson habían caído ante el Reus pero al menos Anquela empezaba a contar con los recien llegados. Forlín, Owusu y Yeboah entraban en la dinámica. Otra buena noticia fue la recuperación de Ñíguez. En Gijón, Anquela dibujó un 4-2-3-1 con novedades. En ataque, los flancos estuvieron ocupados por Yeboah (estreno en Liga) y Mossa (habitual lateral), mientras que Berjón centró su posición. La idea sufrió más matices en una segunda mitad más convincente, con más gente de ataque y juego directo. Anquela demostró que sabía encontrar soluciones sobre la marcha.

La conclusión es que, de momento, Anquela siempre ha encontrado una salida a cada trampa en el camino. Queda por ver cómo funciona el equipo con todos sus jugadores en condiciones.

Viene de la página anterior