Con San Mateo como reclamo popular, el Oviedo está aprovechando el mes de septiembre para dar un salto de calidad. Se percibe en la clasificación y en las sensaciones. El Oviedo, asolado por las bajas, está mostrándose como un equipo superviviente, capaz de superar cada obstáculo y de lograr resultados sobre el césped. El trabajo que inició Anquela en verano en El Requexón va dando sus frutos. Ya no son solo buenas intenciones, los números acompañan. Ningún equipo en Segunda mejora los números del Oviedo en el presente mes.

Los azules suman 7 puntos en septiembre gracias a su ritmo de media inglesa: victoria en casa (un imponente 3-0 al Reus), empate fuera (un celebrado 1-1 en El Molinón) y otro triunfo ante su gente (trabajado 1-0 frente al Cádiz). En Segunda no hay ningún equipo que haya hecho pleno en las tres últimas jornadas y solo hay otros cuatro conjuntos que también haya logrado sumar siete puntos: Osasuna, Valladolid, Cultural Leonesa y Alcorcón. De ellos, solo los de Pamplona, con seis goles a favor y dos en contra, superan el 5-1 en saldo de goles de los azules.

Que el Oviedo pintaba bien se intuía desde el primer día, incluso en la derrota ante el Rayo del estreno, pero la tabla no reflejaba la misma idea. Por eso, Anquela expresó el pasado viernes una intención clara: "Lo que hace falta es que ese trabajo se vaya sosteniendo con puntos".

El encuentro ante el Cádiz, "el más completo de la temporada" para Anquela, sirvió para reforzar los puntos sobre los que el Oviedo quiere construir su propuesta esta temporada. El equipo fue intenso, sin dar respiro al rival cuando este intentó atacar. La presión funcionó perfectamente y los centrales siempre estuvieron atentos a las vigilancias defensivas. La portería a cero es el mejor indicativo de que la zaga se ha ido engrasando poco a poco: es la segunda ocasión consecutiva que el Oviedo no encaja en el Tartiere. Los desajustes del comienzo de curso van desapareciendo.

El partido también dejó detalles para el optimismo en la faceta ofensiva. A los azules les había costado atacar a equipos replegados en su campo. Justo lo que propuso el Cádiz. La movilidad de Aarón y Berjón en la media punta hizo que los azules encontraran espacios para hincarle el diente a la defensa gaditana. Y llegaron las ocasiones: el Oviedo remató 14 veces.

Septiembre sonríe al los azules y Albacete ya emerge en el horizonte. Anquela, satisfecho con la imagen, quiere seguir sumando. Los puntos son los que reafirman el trabajo.