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Análisis

Paso corto del Oviedo

Rocha intenta controlar el balón ante la mirada del árbitro Ocón Arraiz. JULIAN RUS

El Oviedo dio un paso corto ante el Tenerife. Los azules acumulan cuatro partidos sin ganar, con tres de los últimos doce puntos en juego y se alejan de la zona alta de la clasificación. Ayer, sufrieron un excesivo castigo en un partido en el que fueron de más a menos. Fueron muy superiores al Tenerife en la primera mitad, en juego y ocasiones, pero se fueron al descanso con una mínima ventaja ante un rival que apenas les inquietó -un disparo entre los tres palos a las manos de Juan Carlos-, mientras que en la segunda, dispuso de una clara ocasión nada más comenzar, de Saúl Berjón que no aprovechó y después se estancó. El Tenerife con muy poco sacó provecho y se llevó un empate que le sirve para romper su mala racha fuera de casa -lleva tres derrotas consecutivas- y dejar al Oviedo inmerso en una racha negativa que empieza a preocupar.

Mossa y Rocha, las novedades en la alineación

Mossa y Rocha fueron las novedades en el once de Juan Antonio Anquela. El defensa jugó su segundo partido de titular -el anterior fue ante el Sporting-, mientras que Rocha regresó al once después de su ausencia en los dos últimos. Ambos estuvieron a buen nivel en especial en la primera parte, en la que el lateral tuvo bastante presencia en el juego ofensivo del equipo.

Cambio de esquema

El entrenador del Oviedo optó por cambiar el esquema y emplear un 4-3-3, muy similar al que utilizó en la segunda jornada liguera ante el Almería. Con Saúl Berjón y Ñíguez en las bandas, puesto que alternaron en varias fases de la primera mitad, el equipo salió fortalecido en el centro del campo en el que también formó con una línea de tres, con Folch y Rocha por delante, y Forlín detrás. El equipo estuvo bien colocado, ordenado y además con rachas de buen fútbol.

Buena primera parte

En la primera mitad, el Oviedo fue superior al Tenerife, que sólo estuvo cómodo en el campo en el tramo inicial. Los azules fueron superiores en juego y ocasiones . El gol, en un gran pase desde la izquierda de Ñíguez a Saúl Berjón, que el ovetense ejecutó con una gran facilidad, les hizo crecer. Los locales, además, tuvieron fases de buen fútbol y sólo su falta de acierto en el remate les impidió marcharse al descanso con una ventaja más amplia. Berjón y Ñíguez alternaban sus posiciones en las bandas y eran una auténtica pesadilla para un Tenerife que además le costaba en exceso progresar con el balón para acercarse con peligro a la portería de Juan Carlos. Prueba de ello, es que los tinerfeños sólo tiraron una vez entre los tres palos en toda la primera mitad, en el minuto 13, en un lanzamiento desde fuera del área de Vitolo que el portero oviedista atrapó con facilidad. Por contra, el Oviedo tiró cinco veces entre los tres palos y tres fuera, pero eso no le alcanzó para adquirir una mayor renta en el marcador, siendo las dos ocasiones más claras los disparos de Ñíguez, ambos desviados con acierto por Dani Hernández.

Saúl Berjón pudo encarrilar la victoria

Sin tiempo para que los dos equipos se asentaran en el terreno de juego tras el descanso, Saúl Berjón dispuso de una clara ocasión para encarrilar la victoria del Oviedo. El delantero no acertó con su disparo que fue desviado por el portero Dani Hernández y Jorge Saénz, y a partir de ahí el partido adquirió otra dimensión. Los locales siguieron siendo intensos, pero el Tenerife comenzó a estar mejor posicionado en el terreno de juego. Las segundas jugadas caían casi todas del lado visitante y el equipo de José Luis Martí aprovechó una de sus escasas ocasiones -en una jugada en la que los azules reclamaron falta previa a Toché- para que Juan Villar estableciese el empate con un gran gol en un lanzamiento desde fuera del área.

El árbitro desquició al Oviedo

El árbitro del partido, el riojano Ocón Arraiz, desquició al Oviedo. Con 37 años y descendido esta temporada de Primera División, el colegiado señaló casi el doble de faltas al Oviedo que al Tenerife, 14 por 8, con una balanza a la hora de medir bastante discutida. Además les enseñó seis tarjetas amarillas a los azules por una a los tinerfeños. Su polémica actuación la resume la última jugada de la primera mitad. Dejó de señalar una clara falta de Raúl Cámara sobre Aarón Ñíguez, al borde del área -merecedora incluso de tarjeta amarilla- lo que aprovechó el Tenerife para desplegar un rápido contraataque que desembocó en una clara ocasión que fue cortada por el árbitro señalando el final de la primera mitad, entre las protestas de casi todos los jugadores de ambos equipos y la pitada monumental de las gradas del Carlos Tartiere.

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