En una tarde aciaga que despertó las primeras críticas del entrenador hacia sus pupilos, también hubo un pequeño espacio para una buena noticia. En la segunda mitad, ya con el 2-0 en el marcador que ponía el partido muy cuesta arriba, Anquela decidió intentar la reacción desde el banquillo. Y una de sus soluciones fue la de introducir a Diegui Johannesson en el terreno de juego. Con su ingreso en el césped, se producía el regreso de un futbolista que puede dar a Anquela nuevas posibilidades en sus planteamientos.

Johannesson empezó la temporada como teórico suplente de Cotugno, que le adelantó al final de pretemporada en el sprint por hacerse con el carril derecho de la zaga. En la tercera fecha, cuando el equipo debía visitar al Almería, Johannesson vio su oportunidad. Ante la lesión de Aarón Ñíguez en el calentamiento, Anquela apostó por el canterano como improvisado extremo y quedó satisfecho con su rendimiento. Tanto que la apuesta se mantuvo la semana siguiente, ante el Reus ante el Tartiere. Tras un buen primer tiempo, el asturiano cayó lesionado justo antes del descanso. Ahí empezó el tiempo de recuperación hasta regresar el sábado en Los Cármenes.

En el mes y medio que Johannesson estuvo fuera de los terrenos de juego, Anquela probó con varias alternativas en la derecha, sin que ninguna le convenciera por completo. Ahora, entra en escena otro factor.