La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Mi gran decepción fue no entrenar al Oviedo"

Crispi en un partido con el Ciudad de Murcia. OPINIÓN DE MURCIA

La única vez que Crispi regatea el cuestionario es cuando se le pregunta quién quiere que gane el domingo en el Tartiere. Se ríe y afirma: "Sigo siendo un amante y un drogadicto del fútbol que se ve cada día todos los partidos que hay en Segunda B, en Segunda A, internacionales? Soy un loco del fútbol. Por eso voy con el fútbol. El equipo que mejor juegue es el que tiene que ganar".

Se moja más cuando se le pregunta por los favoritos al ascenso a Primera. "Hay muchas novedades ahí arriba como el Lugo, que no creo que aguante. Al final el Zaragoza y el Tenerife estarán ahí. También me gusta mucho el Valladolid. Tiene un buen entrenador y juega bien al fútbol. No hay mucho más. Y ojalá que esté el Oviedo si dan tranquilidad a Anquela. Si en diciembre le traen lo que necesita, el Oviedo puede dar el salto y meterse entre los cuatro primeros". Por el que no apuesta mucho es por el Sporting. Afirma que los de Herrera dan "una de cal y otra de arena. Parece que juega bien y está teniendo suerte. Y la suerte es primordial en el fútbol. Pero no lo veo muy seguro. En León tuvo mucha suerte. Pero al final, por presupuesto, estará metido entre los seis primeros".

¿Volveremos a ver a Crispi en un banquillo a pesar de que lleva doce años alejado de ellos? "No estoy retirado", aclara antes de nada, "es el fútbol el que te retira", subraya para proseguir: "Quizá me haya acomodado. Para estar ahí todavía hay que ir por los campos, dejar que te vean? Y he tomado otro camino. He estado entrenando 27 años sin representante, lo que es muy difícil. Pero entiendo que mi época como entrenador, aunque estoy muy actualizado, mucho más que antes, puede darse por terminada".

Pero el fútbol sigue siendo su pasión, de la que disfruta desde Alicante, donde vive en San Juan Playa desde 2001. "Ahora me dedico a pasear por la playa, bañarme y ver jugar al golf desde la terraza (tiene un campo de golf bajo su ventana). Tenemos (habla de su mujer) una boutique de ropa para mujeres. Pero el fútbol es lo único que me gusta". Tanto es así que se atreve a hablar del fútbol moderno. Tiene un discurso claro: "El fútbol de ahora es Messi. Pido a Dios que mis ojos puedan ver jugar a Messi muchos años. Nunca ha habido ni habrá un jugador así". Dicho esto, introduce otra variable, también de inspiración culé. "Guardiola ha sido un factor determinante en el fútbol de hoy. Vas a ver a un equipo regional y quiere jugar como el Barcelona, aunque hay equipos que no pueden salir jugando porque no tienen futbolistas para ello". Pero de todos los entrenadores que ha visto se queda con otro: "Me veo reflejado en uno que se ha muerto ya: mi amigo Luis Aragonés. Como él, siempre iba de cara con los futbolistas, me importaba poco lo que opinaran los demás? Nunca me he estado peleado con la prensa, pero yo tenía mi forma de pensar y si los periodistas decían blanco yo hacía negro".

De su carrera como jugador y técnico dice tener "no una espinita clavada, sino un espinazo, una gran decepción: no haber entrenado al Oviedo, lo hubiera hecho hasta en Tercera". Eso, y "no haber entrenado aunque fuera un día en Primera". Y sentencia: "Mi gran equivocación como futbolista fue dejar el Oviedo, pero ficharon a Marianín y me tuve que ir a la Cultural. Nunca me sentí tan querido en una ciudad como en Oviedo". Toda una declaración de intenciones del azul nazarí que descubrió a Anquela.

Compartir el artículo

stats