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El maestro que descubrió a Anquela

El exjugador azul Crispi fue quien inició en los banquillos al técnico del Oviedo, al que tuvo como segundo en el Jaén en 1992 "Se le veían formas, estaba atento a todo", afirma

"¿Descubridor de Anquela yo? ¡Qué va! Se lo ha currado él solito y ahora le ha llegado la oportunidad de entrenar en un gran club". Quien habla del actual técnico del Real Oviedo es Rafael Alcaide Crespín, un cordobés "nacido" en Sevilla hace 69 años que suma más de cuatro décadas vinculado al mundo del fútbol, en el que todos -incluido en Oviedo- le conocen por su nombre de guerra: Crispi. Como futbolista -jugaba de delantero y fue internacional olímpico- formó parte de la plantilla del Real Oviedo, a la que llegó procedente del Córdoba, que logró el ascenso a Primera en la temporada 1971-1972. A su pesar, fue la única que vistió como azul. Tras colgar las botas inició un larga carrera como técnico que arrancó en Asturias en los banquillos del Mosconia, Langreo juvenil, Europa de Nava y Caudal. Luego llegarían metas mayores como el Palencia, Mallorca Atlético, Pontevedra, Granada (en dos ocasiones), Córdoba (cinco veces), Jaén, Elche, Lorca, Ceuta, Murcia y Ciudad de Murcia.

En su dilatada carrera como técnico -casi treinta años- Crispi tiene en su historial varios ascensos a Segunda B y a Segunda. Pero si hay un hito en su trayectoria que para el oviedismo puede ser especial es que Crispi fue el primer entrenador que le dio la alternativa a Anquela. El propio Crispi cuenta cómo fueron aquellos comienzos del preparador jienense: "Llegué en el 92 a entrenar al Jaén. Anquela ya se había retirado como futbolista. Le dice a Tolo Plaza (entrenador con el que Anquela jugó en sus últimos años como futbolista y con el que luego también estaría como segundo en el Jaén) que si puede venir a ayudarme, que si tengo segundo. Le dije: "Que venga y que me lo diga a la cara" (se ríe). No tenía ayudante así que le dije que perfecto. Lo tuve todo ese año de segundo y de delegado. Quedé encantado".

Crispi se dio cuenta pronto de que Anquela había nacido para ser entrenador. "Se le veían formas. Siempre estaba muy atento a todo, encima de todos los detalles. Ya se veía que iba a ser entrenador", relata para añadir: "Es un tío muy aplicado, serio y formal. Nos juntamos dos locos del fútbol". Esta mezcla hizo posible que aquel Jaén disputase el play-off de ascenso a Segunda y llegara hasta octavos de Copa del Rey eliminando a equipos de Primera como el Logroñés, entrenado entonces por Carlos Aimar. "Al final acabó ascendiendo el Toledo, que entrenaba Gregorio Manzano", apunta Crispi haciendo gala de una prodigiosa memoria.

Acabada la temporada, Crispi hizo las maletas hacia su nuevo destino, el Elche, y Anquela siguió formándose en el Jaén. Pero antes de irse Crispi le dio un consejo a su pupilo: "Le dije: 'Olvídate de los árbitros'. Pero creo que no me ha hecho mucho caso porque ya lo han expulsado un par de veces (se ríe). Aunque ahora se le ve más tranquilo".

Ahora Anquela dirige la nave azul, a la que Crispi escudriña a diario -"lo primero que hago por la mañana es leer la sección de deportes de LA NUEVA ESPAÑA", afirma- y más ahora que su colega es el técnico. "Al Oviedo lo sigo siempre. Es un club del que tengo un recuerdo maravilloso. Y no sólo por el club, sino por esa maravillosa gente asturiana. Y ahora lo sigo más que nunca por Anquela", enlaza.

A pesar de las cinco semanas del Oviedo sin ganar, Crispi pide "paciencia" a grada y directiva. "Si le dan tiempo, Anquela va a ser el Manolo Preciado del Oviedo. Es un tipo de la calle, humano, humilde, trabajador, campechano, valiente?", afirma en más de un ocasión y sin complejos por comparar al técnico jienense con el fallecido entrenador de Astillero, uno de símbolos del eterno rival. Crispi descarta que lo que le esté pasando al Oviedo se deba a la exigencia que los azules tienen de volver por la vía rápida a Primera. "En el Oviedo siempre hay presión", sentencia para concretar su análisis: "Estos años atrás el entorno y la grandeza del club superaba a los futbolistas. Esta temporada no ocurre. Ahora parece que hay futbolistas con nombre, prestigio y veteranía. Hay que tener tranquilidad porque la Liga está empezando. Vamos a ver si el Oviedo es capaz de meterse entre los cuatro primeros". Algo que Crispi confía que ocurra ya que "hay entrenador y futbolistas. Equipo es lo que está haciendo Anquela ahora. Pero no es algo que se haga en dos días".

De todas formas, Crispi entiende que en algunos sectores del oviedismo comience a verse la situación del equipo con cierta preocupación. El preparador cordobés aporta su teoría: "Lo que pasa es que se junta la ansiedad del año pasado de no ganar fuera de casa con las necesidades de este año. Hay que tener un poco de tranquilidad. Anquela conoce muy bien la Segunda División y hay que tener serenidad porque el equipo en casa está dando un buen nivel". Por eso Crispi no considera adecuado que se tomen decisiones drásticas si el Oviedo es incapaz de ganar al Córdoba en el Tartiere. "En Segunda hay mucha igualdad y no es el momento de tomar ninguna decisión y sobre todo con Anquela, que no es un chico que empieza, es un tipo que ha hecho campañas extraordinarias", dice.

Cuando toca hablar del rival de los azules, al que Crispi conoce muy bien ya que allí jugó en Primera y entrenó en cinco ocasiones -fue el Nando Yosu de los nazaríes al que recurrían cuando las cosas se ponían feas- , suelta de inicio un "buff". Y es que a Crispi le duele lo que pasa con su Córdoba, que esta semana ha destituido a Carrión para fichar a Merino como nuevo técnico. "Lo que ocurre en Córdoba es que todos los años está con la misma historia de fichar a diez o doce jugadores nuevos y no terminan de hacer un equipo. Mientras sigan así es muy difícil que suban. Hay que aguantar a los jugadores, al entrenador y muchas cosas? El equipo va muy mal, lógicamente hay nervios y la soga se rompe siempre por el mismo sitio", señala. Curiosamente, una de las últimas veces que Crispi se sentó en un banquillo fue con el Córdoba en el Tartiere. Era noviembre de 2001. "Perdimos 3-1 y me echaron", apunta.

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