Son solo tres encuentros en los que el Real Oviedo ha conseguido echar el cerrojo en su portería y todos ellos se cuentan por victorias de los azules.

No es cuestión baladí porque este hecho te permite en encuentros confusos, sin buen juego y con pocas ideas, como el de hoy, sumar siempre. Si a ello sumamos la eficacia habitual de los azules cara a la meta rival, los tres necesarios y tranquilizadores puntos se quedaron finalmente en el Carlos Tartiere para espantar posibles fantasmas y romper la racha de cinco partidos sin ganar que arrastraban.

Se esperaban cambios en el once inicial de Anquela pero se produjeron únicamente a nivel de nombres y no de sistema como se rumoreaba. Mossa ocupó la banda izquierda en sustitución de Christian Fernández y Mariga, uno de los destacados del encuentro, jugó en el trivote del centro del campo en el puesto de Forlín que ocupó plaza en el banquillo.

No hay mucho que destacar en un partido con dos equipos temerosos tras las malas rachas de resultados que arrastraban en las últimas jornadas y que no querían arriesgar en demasía para no encajar.

La llegada de Merino al banquillo andaluz pareció darle mayor empaque al Córdoba, que era el equipo más goleado de la categoría.

Con las líneas muy juntas, el Córdoba se metió en su campo y dificultó el juego de los locales. Los ovetenses tocaban y tocaban pero sin encontrar la profundidad necesaria para sorprender el rival. Las ocasiones se repartían entre los dos bandos. Quizá más para los locales pero más peligrosas para los cordobeses.

Sin embargo fue Toché el que estuvo a punto de marcar antes del descanso. Pero tras regatear al portero su disparo demasiado escorado no encontró portería.

La segunda parte continuó sin cambios y con la misma tónica. El encuentro parecía encaminarse a un empate a ceros o victoria para el que aprovechase alguna de las escasas ocasiones a su disposición.

Tuvo que ser Guardiola en propia puerta, en un córner ejecutado por Aarón Ñíguez, el que desnivelara el partido del bando asturiano.

El tanto espoleó al Córdoba y dejó más huecos para el Oviedo pero las ideas estaban espesas y cada jugada ofensiva costaba un mundo llevarla a cabo para su finalización.

Anquela no especuló con los cambios. Con las ideas muy claras, quitó a sus tres hombres más ofensivos para reforzar el centro del campo.

Cuando ya se terminaba el partido, una recuperación de Mariga y un gran pase sobre Johannesson, permitió a Diegui superar al portero en su salida para marcar el 2-0 definitivo.

Dos equipos atenazados y con apuros clasificatorios depararon un regular encuentro en la matinal ovetense. Los tres puntos se quedaron en Oviedo y seguramente permitirán a los de Anquela mejorar en sus sensaciones y afrontar los siguientes partidos con mayor tranquilidad.

La siguiente estación en el calendario azul será el próximo domingo en Alcorcón. En el campo de Santo domingo enfrentarán a la AD Alcorcón a las 18:00h. El camino parece claro en virtud de los resultados. Dejar la puerta cero trae siempre buenos réditos al equipo de Anquela.