Cumplidos 13 partidos del calendario, Juan Antonio Anquela sabe que se enfrenta a dos retos mayúsculos en su afán por convertir al Oviedo en un equipo sólido, en un candidato al ascenso. Por una parte está la sangría de goles recibidos. El técnico aún no ha dado con la tecla que permita ver un conjunto gregario, que crezca desde la defensa. Para Anquela, como para la mayoría de técnicos de la categoría, una candidatura seria se construye desde atrás. Ese es su primer foco en la batalla. La solución se busca ahora con una defensa de cinco hombres que ante el Lugo ya dejó, con desajustes en algunos momentos, algunas buenas sensaciones. La segunda pelea del entrenador puede considerarse como consecuencia de la primera: el Oviedo está sufriendo a domicilio. Si los azules quieren aspirar a algo más que transitar por la zona tibia deben sumar de tres en tres a domicilio.

Esos son los dos objetivos que Anquela afronta en el choque de esta tarde (16.00 horas, retransmitido por Liga 1/2/3) ante el Nàstic en el Nou Estadi de Tarragona. El jienense quiere que el equipo muestre por fin la solidez defensiva que lleva demandando desde el primer día. Pero lo que desea, por encima de todo, es ganar. Los tres puntos tendrían efectos directos en varias direcciones. Permitiría al Oviedo dar un salto importante en una tabla que amenaza con partirse y de paso acabaría con los fantasmas supervivientes de la temporada pasada que dicen que los azules tienen serios problemas cada vez que salen de Asturias. El equipo de Anquela no sabe lo que es ganar fuera. Para lograr la reacción, el entrenador parece dispuesto a repetir el esquema que funcionó ante el Lugo en una segunda parte vibrante. En aquella victoria tuvieron un papel principal los carrileros, Johannesson y Mossa. Sustituir al primero de ellos es una de las preocupaciones de Anquela. Johannesson se encuentra en Doha luchando por una plaza para jugar el Mundial con Islandia y al entrenador azul se le acumulan los problemas para dar con la fórmula. Siguen fuera de concurso Fabbrini y Hidi, son ya varias las semanas sin su presencia; tampoco estará disponible Toché hasta dentro de un par de meses, operado del menisco, ni Verdés que ha recaído en su lesión. A todos ellos se suma puntualmente esta semana la baja de Johannesson, por motivos mucho más agradables. Cotugno parece el elegido para cumplir en la derecha, aunque el uruguayo deberá cambiar el chip. Cotugno responde a un patrón diferente al del Diegui, más defensivo, y el nuevo sistema exige a los laterales mayor presencia en el campo rival.

En el resto de posiciones se advierten pocas variaciones. Anquela terminó satisfecho con el comportamiento del equipo en el segundo acto ante el Lugo aunque sigue habiendo cuestiones defensivas que hay que mejorar. Ante un rival con dos delanteros puros, Barreiro y Uche formarán en la vanguardia catalana, el dibujo de tres centrales deberá estar atento a las vigilancias. Corregir esos desajustes y lograr aprovechar las opciones en el área del Nàstic llevarían a Anquela a matar dos pájaros de un tiro: construir una defensa ordenada y ganar, al fin, fuera de casa.