Thompson, nacido en 1965 en Birmingham, jugó en el Oviedo entre 1985 y 1988. En ese periodo es imposible no escoger el del ascenso como el mejor momento. "El ascenso en Mallorca, la vuelta, el autobús... Había más gente recibiéndonos a nosotros que los que reciben al ganador de la Liga de Campeones. Fue el no va más", resume.
El peor momento también es sencillo de elegir para Thompson: "La lesión del último año, tuve dos operaciones de rodilla". Una maldita lesión que le impidió jugar en Primera División. Luego le tocó ver cosas que no le gustaron, como el descenso a los infiernos del Oviedo en Tercera División: "Fue feo aquello, estaba todo el mundo enfrentado", rememora.
Ahora el club ha visto la luz de nuevo y trata de regresar a la élite: "Las cosas pintan bien, pero falta un poco de paciencia para trabajar". Para Thompson sería bueno tener "a más asturianos en el equipo", como había cuando él llegó al Oviedo, y "formar un bloque".
