La reacción del Oviedo pasa por el Carlos Tartiere, que ha sido el sostén de los azules las dos últimas temporadas. Una vez que los de Anquela se han quitado la losa de no ganar fuera, tras la victoria hace dos semanas en Tarragona ante el Nàstic por 1-2, su objetivo sigue siendo dar el salto de calidad y competir a mejor nivel lejos de Oviedo, y obtener los puntos que le faltaron el año pasado para complementar sus buenas actuaciones como local. Pero para ello el Oviedo debe volver a encontrar el buen rumbo del Tartiere, y convertirlo en un fortín.
Mañana el conjunto oviedista aspirará a enlazar ante el Numancia (18 horas), y por primera vez esta temporada, tres triunfos seguidos como local, algo que ya consiguió las dos últimas campañas en Segunda, cuando elevaron a siete y cuatro sus mejores rachas de triunfos consecutivos en el Tartiere.
Esta temporada el Oviedo es el octavo mejor equipo del curso como local con 14 puntos, por los 20 del Huesca, 18 del Numancia, 16 del Valladolid, y los 15 de Tenerife, Rayo, Sporting y Granada. O lo que es lo mismo, del feudo azul ya han volado siete de los 21 puntos disputados. El Oviedo comenzó el curso perdiendo 2-3 ante el Rayo Vallecano. Después se produjeron dos triunfos ante el Reus por 3-0 y el Cádiz 1-0 (llegaba líder), y le sucedieron dos empates, primero con el Zaragoza, que remontó un 2-0 en contra, y después el Tenerife, que pescó otra igualada. Después el Oviedo se recompuso y se volvió a hacer fuerte en casa, con otros dos triunfos, ante el Córdoba (2-0), con algunas dudas, y ante el Lugo (3-2) de forma convincente y con remontada incluida frente a otro líder que caía en el Tartiere.
Si se analizan los antecedentes, el año pasado el campo oviedista fue un fortín: con 44 puntos fue el tercer mejor local de la categoría. Aunque la fragilidad a domicilio, con varias goleadas incluidas durante el año, provocaron que al Oviedo no le diese para poder jugar el play-off por el ascenso. Tras un inicio irregular, el conjunto azul enlazó un par de rachas con un par de victorias seguidas que le dieron aire, primero superando al Rayo y al Tenerife, a ambos por 2-0, y después al Levante (2-0) y al Nàstic (1-0), mientras que en medio el Lugo arañó un empate (1-1).
Pero con el comienzo de la segunda vuelta el Oviedo vivió uno de sus mejores momentos. El conjunto entrenado por Fernando Hierro enlazó siete victorias consecutivas, hasta que el Huesca truncó la racha con un empate, que fue el inicio de un mal final de temporada que sacó al Oviedo de los puestos altos. Pero durante tres meses el Oviedo fue especialmente contundente en casa, derrotando a Elche (2-1), Valladolid (1-0), Mallorca (2-1), Getafe (2-1), Cádiz (2-1), Girona (2-0) y UCAM Murcia (2-0). Hasta cuatro equipos de la zona alta cayeron en el feudo azul el año pasado durante esa racha.
Hace dos años el Oviedo sumó 40 puntos como local, y aunque fue el séptimo mejor equipo en casa de la categoría, la sensación fue que en el Carlos Tartiere fue donde se perdieron las aspiraciones de los azules, de nuevo débiles a domicilio, y que flojearon en el tramo final de liga, con cuatro derrotas consecutivas -dos de ellas en casa-, que arrojaron por la borda las aspiraciones de ascenso de los azules.
Esa temporada el Oviedo llegó a enlazar cuatro triunfos seguidos, cuando en la última parte de la primera vuelta vencieron al Nàstic (2-0), Llagostera (2-1), Almería (1-0) y Zaragoza (1-0). Además durante el año, y hasta en tres ocasiones, el conjunto azul enlazó dos triunfos consecutivos en el Carlos Tartiere.
