Cualquier excusa es buena si de lo que se trata es de ver al Oviedo. Los aficionados azules que se acercaron ayer al Artés Carrasco de la localidad murciana de Lorca lo hicieron siguiendo diferentes rutas. Hubo quien, como Jaime "Gravesen" Álvarez, aprovechó su estancia por estudios en Murcia para pedirle a un par de amigos, el también asturiano Jaime Collada, y Álvaro Amor, de Caravaca (Murcia), que hicieran junto a él lo alrededor de 50 kilómetros que separan a la capital de la región de Lorca.

Pero lo más llamativo fue lo del grupo de aficionados que se apoderó de un pequeño sector del campo. Pertenecientes a la peñas de Gijón, Castrillón, La Casuca de La Corredoria, Olivares y Ribadesella se juntaron en Lorca por diferentes razones. Chelo Rotella y José Manuel Fernández Folgueras, de La Casuca, estaban en Fortuna, disfrutando de sus aguas termales, y no dudaron en ir hasta Lorca. José Manuel Pérez y Belén Lobo, de la peña Gijón, residen una parte del año en Roquetas de Mar.

A Delia Delgado y José María Suárez, de Ribadesella y la Castrillón, no les pillaba demasiado cerca, pero tampoco les importó amanecer en Burgos e irse hasta Lorca. Marcos Cuesta y Raúl Suárez, de la Olivares, residen en Almería, muy cerca de Lorca. Allí regentan la Sidrería Macarena, la que dicen es la única de la provincia andaluza.

De diferentes destinos se habían puesto antes de acuerdo a través de las redes sociales para organizarse e ir juntos ver a su Oviedo cuando más lo necesita, cuando más lejos está de la "tierrina".