Hay euforia en el entorno oviedista. Plantilla y afición disfrutan del mejor momento del Oviedo de esta temporada, que acumula cuatro victorias en los últimos cinco partidos. Con una defensa de cinco hombres, y con las sensaciones transformadas por fin en puntos, el conjunto azul vive un ambiente de calma, estabilidad y también regularidad. El Oviedo ya no es solo fiable en casa, también parece haberse convertido en un equipo contundente lejos del Tartiere. Los dos triunfos en los tres últimos partidos a domicilio alimentan el optimismo de un equipo que ahora aspira a una regularidad que le faltó las dos últimas temporadas, cuando desinfló en el tramo decisivo, una premisa que ahora intentar evitar Anquela.

El descanso del Lugo, punto de inflexión. El técnico azul, inteligente, es precisamente la figura que más tranquilidad, calma y cordura pone ahora, en medio del ambiente de alegría que reina entre el oviedismo. "Nos ha faltado haber tenido más la pelota y haber sacado alguna contra", resaltó el sábado. Porque aunque los azules llevan una buena dinámica, el técnico aún siente que todavía queda margen de mejora. Y tampoco olvida de dónde viene el equipo. En la décima jornada, el Oviedo caía en Granada 2-0, enlazaba cinco jornadas sin ganar, con tres puntos sobre quince en juego, y se quedaba a dos puntos del descenso. La semana siguiente el Oviedo ganó al Córdoba en el Tartiere, pero con muchas dudas, y una jornada después repetía síntomas de debilidad en su visita al Alcorcón, con una nueva derrota. Pero entonces llegó la recuperación del equipo, con cuatro triunfos en cinco jornadas. En el descanso del duelo ante el Lugo, todo cambió. Asomó por vez primera el sistema con defensa de cinco y se remontó un partido que sirvió de punto de inflexión. Después del Lugo ganaron ante el Nástic fuera, cayeron en Valladolid, y superaron al Numancia en el Tartiere y al Lorca a domicilio.

Consolidación del sistema. La fórmula de Anquela de contar con Forlín de libre en el eje de la zaga, respaldando a los centrales, ha propiciado que el Oviedo sea un bloque sólido, al que aún le siguen creando ocasiones, pero que empieza poco a poco a echar el cerrojo. Con el sistema de cinco hombres en la zaga se libera de trabajo defensivo a los que tienen que crear, como Saúl Berjón, Yeboah o Aarón Ñíguez. La línea de tres atacantes, con los dos extremos y el delantero centro, pueden exprimir al máximo su potencial en ataque y abandonar en algunos momentos la colaboración en defensa. Porque detrás queda una zaga de cinco, y dos pivotes, el indiscutible Folch y ahora de nuevo Rocha. También beneficia este sistema a que Diegui y Mossa sean más carrileros que laterales. Mossa mezcla bien con Berjón y han construido una banda izquierda muy poderosa.

El objetivo de hacer un buen año fuera. El Oviedo lleva nueve puntos a domicilio, una tercera parte de los obtenidos en lo que va de temporada. Unas cifras que debe intentar mantener en la segunda vuelta, su cuenta pendiente en los dos últimos años en Segunda. La temporada pasada obtuvo 17 puntos como visitante, con cuatro triunfos, cinco empates y doce derrotas, mientras que hace dos años sumó 19, con cuatro triunfos, siete empates y diez derrotas. El conjunto azul tiene que dar continuidad a la imagen de Lorca y Tarragona, y rendir en en campos muy complicados, ya que el Oviedo aún tiene que visitar al Huesca, Cádiz, Lugo y Osasuna entre otros.

Más fondo de armario. En un momento que podían existir dudas, con la baja de Toché para varios partidos, Linares ha asumido el protagonismo, y ha hecho olvidar al principal goleador azul las dos últimas temporadas. Y mientras Anquela sigue recuperando efectivos, con Viti, Hidi o Verdés recuperados después de varias jornadas ausentes, y con Fabbrini en el camino hacia la recuperación, aunque todavía le queda tiempo para jugar. El debe de las lesiones solo se ha cobrado como víctima las últimas semanas a Aarón Ñíguez. Que el Oviedo tenga el máximo número de efectivos disponibles en la segunda vuelta es fundamental para que mantengan la buena línea. Anquela sobrevivió al inicio de temporada marcado por las bajas, y ahora que tiene a casi todos disponibles, puede aumentar la rivalidad interna por hacerse con un hueco en el once y que repercuta en la competitividad de la plantilla.

Ambiente favorable. Anquela tomó la difícil decisión de afrontar el cambio de portero, para evitar el runrún que se había creado en torno a la figura de Juan Carlos en la grada. Y Alfonso Herrero ha aportado tranquilidad y también orden defensivo. El Oviedo es un equipo reconocible, que sabe a lo que juega, y la grada también se identifica con el equipo. Tras un momento inicial de dudas, el Tartiere vuelve a disfrutar de un ambiente en el que solo se habla de fútbol, y se dejan de lado reproches a las actuaciones de algunos de sus jugadores. En casa el Oviedo ha ganado sus tres últimos partidos, y acumula cinco triunfos, dos empates y una derrota.