Anquela estuvo el viernes en la cabalgata de Oviedo y se comenta que incluso abroncó a los Reyes Magos. "¡Melchor, eres bueno, pero corre más, que no llegamos! ¡Intensidad Gaspar, que todavía no somos nadie!" Los bramidos se escuchaban desde Toreno hasta La Escandalera. Por lo que Sus Majestades de Oriente, asustados ante el míster azul, fueron especialmente puntuales en llevar los regalos a los niños carbayones. Y eso es exactamente lo que no tiene que hacer hoy el Oviedo en Huesca: asustarse. Los bochornos pasados ya quedaron en el olvido y el equipo sale a la plaza más complicada de la categoría sin ningún complejo previo. Ya no se trata de ganar o perder, (aunque tampoco vamos a poner tiritas previas) lo importante es que el Oviedo no se traicione a sí mismo y sea fiel a su identidad. Salir a luchar y a ganar, vamos. Sobre todo no achantarse. Todo lo demás es secundario.
El partido de hoy además tiene un ingrediente especial porque puede suponer la vuelta de Hidi a la titularidad. En el fútbol existen intangibles y fenómenos sociológicos que no tienen explicación. Hay jugadores que cuando llegan a un equipo, sin ningún motivo aparente, son queridos y se meten a todo el mundo en el bolsillo, incluso sin jugar. Pero también los hay que caen en desgracia nada más poner un pie en el verde y no vuelven a levantar cabeza. Hidi pertenece al grupo de los primeros. Muchos oviedistas tienen unas ganas enormes de verlo jugar. Quizá sea por lo exótico (un húngaro jugando con el Oviedo en Segunda División) o por aquel espectacular pase contra el Rayo en el Tartiere, pero el medio centro ha creado amplias expectativas en torno a su juego. Y es raro y divertido. En Oviedo se sabe mucho de fútbol, pero no parece que en los chigres pongan mucho la liga húngara. Mejor no buscarle explicación y estar atentos. Húngaro, rubio y zurdo. Hidi promete.
Y menos mal que ya es domingo, porque este parón se ha vuelto insufrible y muchos se pasaron la semana tirándose de los pelos por la espera. Es lo que pasa cuando las cosas van bien, que nadie quiere apagar las luces de la fiesta. Tras los experimentos en Uruguay y California se habla mucho de la legalización de las drogas blandas; que no ilegalicen nunca al Real Oviedo, una de las mejores que existen.
