Hay veces, sobre todo cuando las cosas van bien, como le sucede al Oviedo aquí y ahora, que las coincidencias se toman como señales. Por ejemplo: la última vez que el Oviedo ascendió a Primera fue en el año 1988, hará en junio 30 años. Tres décadas antes de 1988, en 1958, los azules también escalaron hacia Primera. En estas dos ocasiones, aquí una coincidencia, o una señal, que se mire como se quiera, los azules lograron la victoria en Vallecas, estadio que visita mañana el Oviedo y donde, por cierto,lleva sin ganarle al primer equipo del Rayo más de 16 años, desde la primavera de 2001.

Vallecas, estadio histórico del fútbol español que espera hace tiempo un lavado de cara, tiene mucho que ver en los ascensos del equipo carbayón. Los azules lograron el triunfo en Vallecas en cuatro de los seis ascensos a Primera que han conseguido en su historia. En el primero de ellos, en 1958, el ascenso se consiguió directamente allí. Fue un partido disputado el uno de junio de aquel año, la última jornada de Liga. Los aficionados más veteranos se acordarán. El Oviedo necesitaba ganar y lo consiguió de forma holagada. Antes del descanso, dos tantos de Sánchez y Aloy allanaron el camino y sellaron el triunfo (0-2). Aquel éxito de mitad de siglo pasado fue muy celebrado. El Oviedo, no en vano, disfrutaría de un periodo de siete temporadas consecutivas entre los grandes.

La siguente vez que el Oviedo subió a Primera División fue en la temporada 1971-1972. Entonces, el conjunto carbayón repitió resultado (0-2) en Vallecas. Tres temporadas después, en la 1974-1975, el equipo azul volvería a hacerlo: ascenso a Primera y triunfo, esta vez por 0-1, en el estadio del Rayo. Esta vez los azules sólo estarían una temporada en Primera y el descenso daría paso a una de las etapas más largas sin el Oviedo en la categoría reina, salvando, por supuesto, la época reciente de barro en Tercera. Después de bajar a la categoría de plata en 1976, el Oviedo se pasó once temporadas en Segunda División y otra más en Segunda B. Un periodo que culminó con el último ascenso a Primera, logrado en 1988, con Vicente Miera como entrenador. Muchos aficionados recuerdan aquella celebración por las calles de la ciudad como su mejor momento de oviedista. Entonces, Vallecas tampoco se fue de rositas. El Oviedo consiguió allí la victoria en Liga por 1-2, con tantos de Hicks y Sañudo. Aquella temporada dio paso, ahora sí, a la mejor época del Oviedo: trece temporadas consecutivas en la élite y su única participación en la competiciones europeas, en la UEFA frente al Genova.

Mañana, 2018, mucho tiempo después, los azules vuelven a Vallecas en el mejor momento tras la caída en 2003. Aunque la prudencia obliga a rebajar la euforia, nunca antes desde la vuelta al fútbol profesional había tanta ilusión en el oviedismo con conseguir el ascenso. Ilusión que se cuela en el vestuario, a veces incapaz de disimularlo. "Creo que vamos a estar arriba todo el año", señaló el martes, sincero, Toché. Mañana hay una reválida en Vallecas, un campo en el que el equipo azul falló el curso pasado, con Hierro (2-0), pero en el que aspira a dar el golpe para presionar a los dos que tiene por arriba (Huesca y Cádiz), y salir reforzado de dos de las visitas más duras del curso. Una victoria dispararía el entusiasmo de los supersticiosos. Sería una señal. Otra más.