Superada la primera quincena de enero, el Carlos Tartiere aún no ha visto al Oviedo en 2018. Caprichos del calendario. El cambio de año ha coincidido con el inicio de la segunda vuelta y ha supuesto para los azules una complicada cuesta arriba; dos visitas consecutivas a dos de los candidatos más serios al ascenso, Huesca y Rayo Vallecano. Superados los dos exámenes con mejores sensaciones que botín sumado (2 puntos sobre 6), el equipo se agarra ahora al Carlos Tartiere para hacer que sus opciones al ascenso sigan creciendo. Quedan 20 encuentros para finalizar el campeonato y los azules encararán 11 de ellos, dos más que fuera de casa, ante su gente, en un factor que puede marcar diferencias.

Porque a pesar de las buenas sensaciones en las últimas semanas fuera de casa, el Oviedo es más equipo ante su gente. Lo dicen los datos, irrefutables. Los azules solo han perdido un encuentro en el Tartiere, fue en la jornada inaugural en un animado 2-3 frente al Rayo Vallecano.

Los azules acumulan 23 de sus 37 puntos ante su gente tras 7 victorias, dos empates y la única derrota en la fecha inicial del campeonato. Los de Anquela suman 5 victorias consecutivas en el Tartiere y para encontrar el último choque en el que los tres puntos no se quedaron en casa hay que remontarse al 1-1 frente al Tenerife del 11 de octubre. Los azules son el quinto mejor local en una clasificación que tiene truco: han jugado ante su gente 10 partidos por los 12 de la mayoría de competidores.

El Oviedo de los últimos años ha construido sus candidaturas en su extraordinario rendimiento como local. Unos números que en algunas ocasión han servido incluso para superar los malos tragos fuera de casa. Ahora la situación es diferente. El equipo sí da la cara a domicilio y suma con asiduidad. Con 14 puntos fuera de casa, el Oviedo es el sexto mejor visitante de la competición.

Pero será el Tartiere el que tenga más peso de aquí a junio. Por el municipal ovetense deberán pasar aún Almería (14.º clasificado), Sporting (9.º), Albacete (12.º), Barça B (19.º), Granada (8.º), Alcorcón (16.º), Nàstic (18.º), Valladolid (10.º), Lorca (21.º), Sevilla Atlético (20.º) y Huesca (1.º). En Segunda el nivel de los rivales es muy parejo pero la situación de los equipos en la tabla puede ofrecer algunas pistas: de los 11 rivales que deben pasar por el Tartiere, solo cuatro están en la mitad alta de la tabla. Y solo uno, el Huesca, ocupa posición de play-off o de ascenso directo en estos momentos. Las nueve citas de los azules a domicilio ofrecen, siempre a priori según la clasificación, rivales más incómodos: Reus (17.º), Cádiz (2.º), Zaragoza (12.º), Tenerife (11.º), Córdoba (22.º), Lugo (6.º), Numancia (5.º), Osasuna (7.º) y Cultural Leonesa (5.º). De las nueve salidas, cinco son ante equipos en la mitad alta y tres ante conjuntos que actualmente están en la zona de play-off o de ascenso directo. De los equipos que luchan por el ascenso Numancia, Granada, Tenerife, Lugo y Osasuna se encuentran en idéntica situación que los azules, con once encuentros por disputar en su gente.

Tras la jornada de ayer, el Oviedo mantiene el tercer puesto de la tabla, una posición que le daría ciertos beneficios en un hipotético play-off: le permitiría jugar el partido de vuelta en el Tartiere y los empates después de la prórroga le servirían. El ascenso directo se escapa un poco más tras las victorias de Huesca y Cádiz, que se sitúan a seis y cinco puntos respectivamente. El colchón respecto al séptimo se queda ahora a tres puntos.

Todos los cálculos sobre los desafíos restantes del Oviedo se evaporan dentro de la caseta. En el reino de Anquela solo se habla del siguiente rival, no hay nada más allá. El del próximo sábado es un Almería que ha dado pasos delante de la mano de Lucas Alcaraz, su nuevo técnico. El equipo está citado hoy en El Requexón para, a partir de las 17.00 horas, empezar a preparar el choque del sábado.