Entre todos los estrenos de año en el Tartiere, hay uno que con el paso del tiempo ha cobrado importancia. Visto el desarrollo posterior de los protagonistas, aquel partido es algo así como un encuentro fetiche, una pieza para coleccionistas. El Oviedo recibió al Real Unión el 15 de enero de 2006 y despachó a los vascos con un serio 3-1 con sabor a El Requexón. Adrián López hizo el primer tanto de, casi con las rodillas en el suelo, impecable cabezazo. Michu cerraría el choque con dos goles en dos definiciones de manual. El área ya se le daba bien por entonces. Aquella experiencia, encabezada por dos futbolistas que alcanzarían años después la élite, es un ejemplo de la rutina azul en tiempos recientes: en los últimos 14 años, el Oviedo acumula 12 victorias y 2 empates en el primer partido del año en el Tartiere. Los inicios en casa suelen acabar con una sonrisa.

Las reflexiones de los últimos días en El Requexón son recurrentes: ya hay ganas de pisar de nuevo el Carlos Tartiere. Así se expresa desde un vestuario que ya no se acuerda de los problemas que dio el embarrado terreno de juego en el último mes de 2017. La memoria es selectiva y se queda con los buenos momentos vividos: unos resultados sobresalientes y una afición que se ha acostumbrado a despedir a los suyos con ovaciones cerradas. Parece lógico que los futbolistas quieran volver a sentir cuanto antes el calor del estadio municipal ovetense.

Hay otra razón para anhelar el reencuentro que surge mirando a los antecedentes. En los últimos años, al Oviedo se le ha dado especialmente bien los estrenos de año ante su gente. Para encontrar una derrota en el primer partido del año en Oviedo hay que remontarse al 4 de enero de 2003, una temporada de recuerdo trágico para los azules: el equipo acabó descendiendo a Segunda B por méritos deportivos y el desastre económico le empujó a Tercera. Aquella tarde, el Poli Ejido conquistó el Tartiere con un contundente 0-3, síntoma inequívoco de que la segunda mitad de la Liga se le haría a los azules muy cuesta arriba.

Desde entonces, todos los comienzos en casa han sido buenos. De los últimos 14 inicios, 12 acabaron con victoria local. El Oviedo le ganó 2-0 al Universidad (2004), 5-0 al San Martín (2005), 3-1 al Real Unión (2006), 3-0 al Colloto (2008), 2-0 al Caudal (2009), 3-1 al Guadalajara (2010), 2-0 al San Sebastián de los Reyes (2012), 2-0 al Avilés (2013), 1-0 al Burgos (2014), 2-0 al Coruxo (2015), 1-0 al Zaragoza (2016) y 2-1 al Elche (2017). En este periodo solo dos equipos lograron arañar un punto: la Cultural en 2007 (1-1) y la Gimnástica en 2011 (0-0).

Ciñendo el análisis a Segunda, el guion a seguir es el de las dos últimas temporadas. El año pasado, los goles de Toché y Susaeta sirvieron para derrotar al Elche y lograr cerrar la herida abierta una semana antes en Sevilla (derrota 5-3). En 2016 la víctima fue el Zaragoza. Los de Egea se impusieron a los maños (1-0) gracias al acierto goleador de su delantero más voraz, Toché.