Una escena marcó el camino del autobús del Oviedo al Carlos Tartiere. "Vimos a un hombre mayor, prácticamente cojo, con lágrimas en los ojos. Veíamos en su cara el sufrimiento de estos 14 años. Algún compañero lo ha dicho, que no les podíamos fallar", José María Angresola Jiménez, conocido en el mundo del fútbol como Mossa, inscribió ayer con dos detalles de calidad su nombre en el libro de las efemérides del derbi asturiano. Fue el gran protagonista de una tarde que será recordada por mucho tiempo en el oviedismo.

La irrupción de Mossa es la de ese héroe inesperado con el que nadie cuenta en el relato. Los laterales no suelen ser tomados en cuenta en las previsiones de los partidos, pero en el sistema de Anquela, los carrileros son capitales. Son un factor desequilibrante en el juego del equipo.

El Oviedo imparable, el que ya acumula 10 partidos consecutivos sin perder, nació cuando Anquela se convenció de que debía darle vuelo al sistema de tres centrales. Ese dibujo que da rienda suelta a los laterales. Con ese dibujo, los laterales pasan a considerarse carrileros. Y ahí es donde encaja Mossa, como un guante. El mismo caso que Johannesson en la derecha. Parece como si el sistema estuviera dirigido a estos dos futbolistas, capaces de arrimarse a la defensa cuando hay tormenta y de abrir las alas cuando sale el sol. Es la presencia de los dos laterales la que hace al conjunto de Anquela parecer tan compacto.

Mossa se convirtió en el héroe de la tarde destacando en un una faceta, la goleadora, que no tenía muy explotada. Su último tanto antes del derbi había sido el 29 de mayo de 2016. Aquella tarde, el Nàstic se impuso al Lugo 0-3 y Mossa hizo el primero al remachar un córner en el segundo palo. Tampoco su carrera de los últimos años se ha caracterizado por un gran instinto anotador. Entre 2011 y 2017, el zurdo jugó en el Valencia Mestalla, Levante B y Nàstic. En esas cinco campañas logró cinco goles. Su curso más exitoso ante la meta rival fue en la 2012/13, con tres tantos. Los dos certeros disparos de ayer dejan esa marca a tiro.

"El gol no es mi principal virtud, está claro", comenta con una sonrisa. "Cuando uno sueña con ser futbolista lo hace con partidos como este y con ser protagonista. Me ha tocado a mí", añade.

El lateral encuentro un hueco en su discurso para repartir flores. "Hoy -por ayer- me ha tocado ser protagonistas pero aquí lo somos todos. El trabajo del equipo es encomiable. Gracias a eso estamos celebrando una victoria", dijo antes de centrarse en su compañero en el flanco izquierdo: "Estoy muy cómodo con Saúl. Tiene una calidad extraordinaria, siempre lo demuestra. Solo tengo que trabajar y correr porque siempre me da el balón en las mejores condiciones".

La victoria deja al Oviedo tercero empatado con el Cádiz, segundo. También sirve para elevar la magnífica racha a los 10 encuentros sin perder. Una dinámica a tener en cuenta en una competición tan igualada como Segunda. "La victoria ante el Sporting tiene mucha trascendencia pero hay que valorar la dinámica que atravesamos. Es buenísima pero aun así no nos da para estar holgadamente arriba en la tabla. Es una muestra de lo complicado que es esto", analiza Mossa, héroe del derbi.