La resaca es tan dulce que es imposible no seguir notando sus efectos. Ayer, en la vuelta al trabajo en un escenario novedoso (inundado El Requexón, el equipo se entrenó en el Estadio Universitario de San Gregorio), Anquela le dio la bienvenida con un fuerte abrazo a Mossa, el héroe inesperado del derbi. Las coñas en el vestuario siempre le tienen en la diana; alguno, contó después Folch, ya le dice que merece una estatua en la ciudad. El derbi cayó del lado azul y el trabajo de Anquela y sus pupilos recibe el mayor refuerzo en lo que va de temporada. Pero la alegría se queda ahí, en un par de días con la sonrisa en la cara. El entrenador no quiere que la victoria se saque de contexto y ayer ya dio las primeras muestras de que la intensidad no descenderá un ápice.

Ayuda a mantener la concentración otro partido con cartel. En un escenario agradable para el oviedismo, el Ramón de Carranza, el Cádiz recibirá el sábado al equipo con la mejor racha del campeonato. Ya son 10 las jornadas que de forma consecutiva el equipo de Anquela suma. Están en juego tres puntos, dirá el jienense, amante como es de la filosofía del "partido a partido", pero la sensación en el ambiente es que el choque del Carranza, como el derbi, puede tener más importancia en la tabla.

Está en juego, por ejemplo, quién se presenta como el principal perseguidor del hasta ahora imparable Huesca. Cádiz y Oviedo navegan igualados a puntos, 44, escapado el conjunto oscense hasta los 52, inalcanzable de momento. Los andaluces son segundos, ayudados por el cómputo general de goles pero los azules pueden arrebatarles la posición ganando o empatando. En este último caso, al jugarse el segundo partido entre ambos contarían los resultados cosechados en los dos enfrentamientos. Un hipotético empate se sumaría a la victoria azul del partido de la primera vuelta (1-0 con gol de Toché en la 5.ª jornada), levantando a los de Anquela hasta el segundo puesto. Algo anecdótico a estas alturas pero que daría ventaja al Oviedo ante el Cádiz para un posible empate a puntos al final de temporada.

Que la cita del sábado tiene una importancia mayor de la normal parece claro a estas alturas. Anquela, como en la previa ante el Sporting, siempre juega con cierto adelanto y en la sala de prensa del Tartiere se encargó de lanzar el primer aviso para navegantes. "Lo que no nos puede pasar es morir de gloria. Prefiero morir porque me machaques a morir pavoneándome", advirtió el jienense cuando el oviedismo aún gritaba la victoria en el derbi.

La prueba es mayúscula por la entidad del rival y por el escenario, un Carranza en pleno Carnaval, que se está convirtiendo últimamente en el mejor aliado de los de Cervera. Los gaditanos solo han perdido un encuentro ante su gente esta campaña (0-2 ante Osasuna) y en los últimos siete encuentros como local ha sumado 6 victorias (1-0 al Reus, 1-0 al Valladolid, 2-0 al Albacete, 3-1 al Barça B, 1-0 al Granada y 2-0 al Córdoba) y un empate (1-1 frente al Lugo).

Sin embargo, el momento actual del Cádiz no es el mejor en la temporada. Los de Cervera acumulan 3 semanas sin ganar al sumar una derrota ante el Alcorcón (1-0) y dos empates ante Lugo (1-1) y Nàstic (0-0).

Con la moral a tope tras la victoria más sentimental ante el Sporting, y con el firme objetivo de que el equipo luchará por el ascenso a Primera, los azules se preparan para una nueva batalla: la del Carranza.