Se llama Krishna Puri y no es de Oviedo, ni de Asturias, ni de España, ni siquiera de Europa. Krishna nació a 8.100 kilómetros de Oviedo, en un lugar de obligatorio deletreo: Sindhupalchok, Nepal, a 100 kilómetros al norte de Kathmandú, capital del país. Krishna es nepalí, vive en Nepal y trabaja en Nepal como guía turístico. Tiene 34 años, la voz grave, la risa floja y el corazón azul. El corazón muy azul. No es del Barça ni del Madrid, como la mayoría de sus compatriotas. Krishna es del Oviedo.
Es muy del Oviedo y no tendría por qué. ¿Qué pinta un oviedista con sangre azul recorriendo de trekking en trekking las montañas de Nepal? "Es un equipo con una historia única. Que de Primera cae a Tercera y es salvado por su afición. Me pareció alucinante", contesta desde su casa en Bhaktapur, 73.000 habitantes y 1.400 metros de altitud, cinco horas y 45 minutos más que en España.
Esta es la historia de un guía turístico que recibe a sus clientes con la camiseta del Oviedo. Un nepalí sin conexiones asturianas convertido sin solución al oviedismo, capaz de viajar a España y priorizar una visita al Carlos Tartiere antes que al Bernabéu o al Camp Nou. Un tipo que cada semana se engancha a Youtube para ver los resúmenes de los partidos del Oviedo o que presume emocionado de tener de amigo en Facebook a Diegui Johannesson. "Y me gusta mucho Mossa, vaya golazo le marcó el otro día al Sporting", apunta.
En el flechazo de Krishna con el Oviedo tiene casi todo que ver Mario Fernández, un aficionado del Oviedo de la Peña Azul Castrillón que un buen día, en 2014, se plantó en Nepal, donde por casualidad topó con Krishna, su guía turístico. "Vi que le gustaba el fútbol y le conté la historia del Oviedo. Quedó prendado", cuenta Mario.
Vaya si quedó prendado. Con la sintonía en la cabeza, Krishna empezó a indagar en la historia azul, a leer y a ver vídeos del Oviedo. Así se forjó su pasión, de la que empezó a sacar pecho en las redes sociales. Aquí una foto con la camiseta. Aquí con la bufanda. Aquí con la bandera. Ahora con estos clientes. "En este país el fútbol es el primer deporte. Todo el mundo es del Madrid o del Barça, pero yo a la gente le digo que el equipo de España es el Oviedo", cuenta este nepalí, primero por teléfono y después por Facebook, castellano perfecto, escrito y hablado.
- ¿Y usted por qué domina tan bien el castellano?
-Cuando era pequeño trabajé e una tienda de artesanía y trataba con españoles. Luego lo aprendí en el instituto con profesor. Soy guía turístico profesional desde 2010 y trabajo con españoles.
Trabaja con españoles en distintas rutas, casi siempre con la camiseta del Oviedo. Tiene varias. Tiene bandera, bufanda y llavero. Las que adquirió en Oviedo y las que le mandan. Y las muestra sin problemas a sus clientes. "Muchos no son del Oviedo, pero conocen su historia y hablan de ella", indica. Un día, no hace mucho, le tocó guiar a una pareja de Gijón. Él iba del Oviedo.
- ¿Y cómo reaccionaron?
- Se rieron y me dijeron que bien. Eran muy simpáticos.
Krishna siempre tiene al Oviedo en el radar. En el verano de 2016 vistió el Carlos Tartiere. Había previsto acudir a un partido de play-off. Pero aquel equipo de Generelo cayó en picado y firmó un triste epílogo. Él, sin embargo, nunca olvidará aquellos días en que pudo palpar de cerca el oviedismo, sin pantallas de por medio. "Me hizo mucha ilusión. Pude entrar, tocar la hierba, sentir el oviedismo", explica con el entusiasmo de un niño. "Estoy seguro de que este año podemos subir a Primera", insiste Krishna, que habla en plural, como un oviedista más que es. Así lo siente él. Así lo sienten en la Peña Azul Castrillón. Y así lo siente el propio Oviedo, que prevé invitarle a un partido en mayo, mes en que tiene previsto visitar la ciudad. "Este equipo tiene muchos seguidores por el mundo. Ahora ya es un equipo mundial y yo me siento parte de él", afirma.
Hoy Krishna entró a trabajar a las ocho de la mañana (dos y cuarto de la pasada madrugada en España). Por la tarde, le dedicará un tiempo al Oviedo. Posiblemente hable con Mario y le diga lo que quiere hacer constar. "Por el conocí el Oviedo. Se lo quiero agradecer". Escrito queda. El oviedismo le espera.
