Juan Antonio Anquela puso aún más tranquilidad a un Oviedo que no vive en su mejor momento en cuanto a resultados pero en el que entrenador andaluz confía ciegamente: "El equipo tiene un corazón y un alma que es difícil de encontrar. Y eso lo que nos ha llevado hasta aquí y en lo que nos vamos a seguir apoyando de aquí a final de temporada”.

El entrenador azul no quiso escudarse en los arbitrajes para justificar la mala racha de resultados, algo que, dice, "les pasa a todos los equipos": "Todos tenemos motivos para quejarnos, sobre todo cuando nos perjudican, cuando nos benefician normalmente lo obviamos. Pero en este caso creo que no merece la pena seguir por ese camino porque nos despista. Nosotros tenemos que tener muy claro que hay que pelear contra todo lo que se ponga delante, que hay que trabajar y ser un equipo durante mucho tiempo y creo que si seguimos por esa línea yo estoy tranquilo".

Lo que sí que rebela al entrenador del Oviedo es no poder estar en el banquillo por una expulsión durante el partido que empataron a cero con el Barcelona B que no entiende: "Me siento indefenso, me siento desprotegido; yo no suelo mentir, digo las cosas claras. Si yo hubiese hecho algo diría que han acertado, tengo el sentido de la autocrítica muy elevado. No hice nada fuera de lugar; bueno, pues ya está, aceptarlo, vivir el partido desde arriba".