Existe cierto runrún en las últimas semanas dentro del oviedismo que insiste en comparar el actual bache de los de Anquela con las crisis de las dos últimas campañas. Ayer se le preguntó a Toché, superviviente de aquellas experiencias, por el posible paralelismo. "Se parece cero. Alguno de los nuevos no sabrá qué pasó los últimos años y los que hemos estado vemos que es diferente", contestó Toché. En una línea similar se pronunció Linares hace un par de días. "La imagen, aunque en Tenerife no fue la mejor, es distinta ahora", adujo el delantero. Hay un detalle a tener en cuenta para diferenciar las tres experiencias: esta temporada, a diferencia de las dos anteriores, el Oviedo tiene margen de maniobra para revertir la situación. Con tres meses aún por disputarse, 12 jornadas, los azules atraviesan su momento de más dudas en la campaña con suficiente tiempo para reaccionar.

Los dos puntos sumados en los cinco encuentros más recientes han sacado a los de Anquela fuera de los puestos de play-off por vez primera en los últimos tres meses: han pasado del tercer puesto al octavo en apenas cinco semanas. La situación es preocupante, pero no desesperada. Los 12 encuentros que quedan por disputarse ofrecen a los azules algunos atajos a la victoria.

El primer factor es que el Tartiere tendrá peso en el desenlace: 7 de los 12 partidos que faltan se disputarán allí. Los números de los azules en su campo, aunque han perdido algo de empuje por los dos últimos empates, siguen siendo sobresalientes: 31 puntos; con 9 victorias, 4 empates y una derrota. Otra circunstancia que, a priori, le puede ayudar: el Oviedo aún debe jugar ante los seis últimos clasificados: Nástic (jornada 35.ª), Alcorcón (33.ª), Cultural (41.ª), Córdoba (32.ª), Lorca (38.ª) y Sevilla Atlético (40.ª). Los azules también deberán jugar ante tres de los seis primeros: Osasuna, Granada y Huesca.

Aprovechar estos factores pueden llevar al Oviedo a olvidarse de las pesadillas de las dos últimas temporadas. El descalabro del epílogo de la temporada 2015-16, con Generelo a los mandos, fue impactante. Los azules habían navegado de la mano de Egea por los puestos punteros todo el curso, pero la salida del argentino dejó al equipo a la deriva. No fue capaz de enderezar el rumbo un Generelo que se enfrentaba a su primera experiencia en los banquillos. El golpe fue especialmente sonoro en el último mes de competición.

El Oviedo perdió los cuatro choques dilapidando sus opciones de estar en el play-off. Cayó ante Almería (3-1), Leganés (0-1), Zaragoza (1-0, en el choque que acabó matemáticamente con sus aspiraciones) y Osasuna (0-5). El equipo era quinto en la 38.ª jornada y acabó en la 9.ª posición.

Con Fernando Hierro se vivió una situación similar el curso pasado aunque entonces la caída fue más pronunciada. En la 33.ª fecha, los azules eran cuartos y se enfilaban la recta final con la vista en el play-off. A partir de ahí se inició una caída que se alargó durante siete encuentros con tres empates (1-1 ante el Huesca, 2-2 en Tarragona y 0-0 frente al Zaragoza) y cuatro derrotas (2-1 en Lugo, 1-0 contra el Levante, 0-1 frente al Alcorcón, y 4-2 en Córdoba). Con 3 puntos sobre 21 en disputa, los azules cayeron en esa nefasta dinámica hasta el octavo puesto. De nada sirvió ganar en los dos últimos choques ligueros: el Oviedo de Hierro se quedó sin play-off.

Arcediano Monescillo, ante el Granada. Anquela sigue intentando que la filosofía del "partido a partido" cale en su vestuario. Solo importa lo que pueda suceder en el próximo encuentro. Será ante el Granada, el domingo a las 18.00 horas en el Carlos Tartiere. El choque será dirigido por el colegiado castellano manchego Arcediano Monescillo, de 33 años, lleva arbitrando en Segunda desde 2011. Al conjunto azul lo ha dirigido en 9 encuentros. Se caracteriza por su facilidad para enseñar tarjetas: 8 amonestaciones de media por partido.