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Segunda División

De la cuna al Vetusta

"Prefiero que Josín juegue en el primer equipo a que me toque la lotería", dice su abuelo Jama

José Martínez y su abuelo Jama, en el Campo San Francisco.

Por entonces, julio de 1997, aún no había arraigado la costumbre de convertir a los recién nacidos en socios oviedistas. Pero la familia de José Martínez, canterano del Oviedo y actual central del Vetusta, fue un paso por delante. Unos amigos de la familia le hicieron llegar ya al hospital unos calzoncillos y una camiseta del Oviedo. Al día siguiente, el padre del jugador, Jose, y un amigo, Jesús, hicieron socio al recién nacido. Después, le fotografiaron con la elástica azul y mandaron la instantánea a LA NUEVA ESPAÑA. Aquéllo fue un gesto pionero, una idea que en los últimos años tiene un enorme calado: todas las semanas, un puñado de bebés oviedistas se unen al club azul. Dos décadas después de aquel bautismo futbolero, a José Martínez solo le queda el último escalón para asentarse en el primer equipo, el fin de un largo trayecto.

"En la familia somos todos muy oviedistas, así que a Josín no le quedaba más remedio", cuenta José Antonio Martínez Allende, abuelo del central azul, más conocido como Jama, acrónimo de su nombre y apellidos. Él ha seguido de cerca la evolución de un chaval que acumula una vida vestido con la camiseta del Oviedo.

A José Martínez, Josín para los cercanos, el oviedismo le vino heredado literalmente desde la cuna. "Aquella foto nunca fue publicada porque no era como ahora, que está de moda. Creo que fue de los primeros casos que se dieron en el Oviedo", cuenta Jama, que cumplió 83 años hace tres días y cuenta con una vida ligada al oviedismo y a la Foz de Morcín, donde fue alcalde entre 1968 y 1976. Además, es secretario general y cofrade senador de la Cofradía Amigos de los Nabos, con gran calado en la región. Durante algunos años unió sus dos pasiones: "Teníamos una peña que se llamaba 'Todos del Oviedín en La Foz de Morcín, con un llavero que incluía la imagen de Santa Bárbara y de la Catedral".

Los genes oviedistas están bastante claros en el caso del canterano. "El padre de Josín no lo hacía nada mal, pero el bueno era Pelayo, su hermano pequeño. Jugó en el Oviedo en las categorías inferiores, pero después vio que era incompatible con los estudios", relata Jama. "Aquí en la familia somos todos azules menos un yerno que es del Sporting", subraya. "En las comidas familiares le masacramos con el tema", añade entre risas.

Josín empezó en el mundo del fútbol en el Astur, pero el Oviedo se fijó rápido en él. Llegó en infantiles a la casa azul y empezó a quemar etapas, paso a paso, hasta alcanzar el filial. Una tarea que compatibiliza con los estudios: está en segundo de ingeniería industrial mecánica.

En su rápida progresión futbolística, el zaguero tuvo la oportunidad incluso de estrenarse con el primer equipo. Aunque fue un debut accidentado. Fue con Generelo en el banquillo, al final de la campaña 2015/16, la primera tras el regreso a Segunda. El Oviedo recibía a Osasuna en la última jornada sin nada en juego y el canterano entró en la lista (ya había estado en el banquillo en el duelo ante el Llagostera algunas semanas antes) y debutó en la segunda parte. Salió a los 48 minutos al campo y en la primera acción vio la roja. "Fue un debut incompleto", comenta su abuelo que resume las cualidades de Josín: "Lo que más me gusta de él es su amor a la profesión. Se entrega porque quiere al Oviedo, es su equipo de siempre y lucha por él".

Porque a Jama, como a los aficionados clásicos, lo que le llama de verdad es ver a la gente de la casa. "De aquí han salido canteranos de un gran valor. Me acuerdo de Cuervo, de Paquito, del hijo de Herrerita? Salían de abajo y marcaban las diferencias cuando llegaban arriba. Ahora me da la impresión de que los equipos apuestan poco por la cantera, se prefiere fichar de fuera", comenta. ¿Y la posibilidad de que fuera su nieto el que se asiente en el primer equipo? "Sería un sueño hecho realidad. Prefiero que pase eso a que me toque la lotería".

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