Fabbrini, un paso adelante

El primer partido completo del italiano muestra su mejor versión

Fabbrini, con el balón, durante el partido del Oviedo ante el Córdoba.

Fabbrini, con el balón, durante el partido del Oviedo ante el Córdoba. / LOF

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

Tres acciones definen la contribución de Fabbrini en el choque de Córdoba. La primera, la del gol, habla de un atacante con talento. La acción del golpeo parece sencilla, ajustar el interior del pie, pero destaca su velocidad de ejecución. La segunda es una acción en la segunda parte en la que reta a su par desde el centro del campo y acaba con recorte y centro. La jugada muestra que su nivel de confianza sigue creciendo tras su lesión. Y la tercera es una recuperación a diez minutos del final en la posición de teórico lateral derecho. El elemento físico, la gran duda con el italiano tras romperse la rodilla, también parece recuperado. Diego Fabbrini disputó en El Arcángel su primer encuentro completo con los azules en su mejor versión desde su lesión: talentoso, con personalidad para pedir la pelota y encarar a la defensa. El italiano cerró su notable actuación con su estreno goleador.

La irrupción del italiano hace casi dos meses (regresó a un terreno de juego en el choque ante el Sporting del 4 de febrero) le ha dado la posibilidad a Anquela de ampliar los registros de su equipo. Antes de Fabbrini, el foco ofensivo funcionó cuando Berjón y Aarón, los que tienen permiso para improvisar, encontraban las rendijas. La cosa costaba más cuando los extremos eran vigilados en corto. En todo caso, la estrategia aparecía para evitar algunos incendios.

Pero el paso de la competición fue anulando el elemento sorpresa. El Oviedo amenazaba con convertirse en previsible cuando Fabbrini obtuvo el alta médica. Anquela tenía a su disposición algo más que un futbolista nuevo. Contaba con un talento difícil de prever, un soplo de aire fresco en su libreta.

El jienense ha tratado con mimo al italiano desde su regreso. A los primeros pasos en el derbi le siguieron 22 minutos ante el Albacete y 12 contra el Zaragoza. Siempre con buenas sensaciones dentro de una etapa de desconcierto general. Ante el Barça B, primera titularidad, demostró que sus ideas iban a mejor ritmo que sus piernas. Fue sustituido a los 68 minutos, desinflado tras un inicio prometedor. El trabajo diario en El Requexón siguió su marcha y Fabbrini sumó 44 minutos en Tenerife y 62 frente al Granada, su segunda titularidad, justo antes del choque en Córdoba.

La demostración de El Arcángel sitúa a Fabbrini como un elemento innovador en este Oviedo. Con la banda como mera excusa, el italiano se movió por todo el frente de ataque para entrar en contacto con la pelota, su forma de crecer en cada partido. El gol fue el colofón a una tarde completa. "Estoy bien, contento por el gol pero puedo dar más", explicó al final del choque con su mezcla de italiano y español.

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