Durante uno de los partidos disputados en Dallas, un hombre se acercó a Roberto Suárez, coordinador de El Requexón y responsable deportivo del Oviedo en el prestigioso torneo americano. Se interesó por la metodología de los chavales. Le había llamado la atención cómo unos niños inferiores físicamente lograban someter a los rivales con su ritmo de balón. El curioso era el seleccionador de Estados Unidos sub-14. Como para el técnico, para muchos la presencia del Real Oviedo en la Dallas Cup tenía un toque exótico y había supuesto la oportunidad de ver una forma diferente de hacer las cosas. Esa puerta abierta obtuvo pronto los primeros resultados. Potenciales patrocinadores conocieron al equipo de Carlos Slim, el club recibió propuestas para otros torneos en suelo americano y algunos equipos internacionales expresaron su deseo de intercambiar formación con los azules. "Además de servir para competir, la experiencia refuerza la marca 'Real Oviedo' fuera de España y nos abre opciones interesantes", resume Roberto Suárez para LA NUEVA ESPAÑA.

La Dallas Cup es un prestigioso torneo de fútbol que celebró en tierras texanas su 39.º edición la semana pasada. No es nada sencillo estar allí. Para competir en el "Super-grupo", la mayor categoría, solo hay dos caminos: haber ganado el torneo en dos ocasiones o recibir la invitación de la organización. El mexicano Eduardo Rergis, responsable del fútbol formativo de El Requexón, fue el que logró la invitación. Había disputado ese torneo de joven. También Suárez, que fue campeón en 94 con el Madrid. Y como ellos, pasaron en su momento por el campeonato futbolistas como Raúl, Beckham, Pirlo, Rooney o Chicharito. El Oviedo, el Arsenal y el Manchester United fueron los únicos representantes europeos de un torneo con enjundia.

El cebo era el fútbol, por supuesto, reforzado el papel del Oviedo por el gran rendimiento del infantil (finalista del torneo) y la competitividad del juvenil (que se quedó en la liguilla, pero dio la cara). A raíz de esa propuesta futbolística, se abrieron otras vías. "El torneo es un escaparate muy interesante. Mucha gente acude a los partidos, televisiones latinas lo cubren y es un imán para potenciales patrocinadores", cuenta Suárez. El coordinador de la cantera pone ejemplos concretos de las consecuencias de la participación azul: "Mantuvimos charlas con responsables de clubes mexicanos y americanos. Se interesaron mucho por nuestros métodos, por nuestro funcionamiento. Algunos nos han propuesto intercambios de formación".

Para Suárez, el reclamo del fútbol español es interesante. "Tienen la idea de que el jugador de aquí es exquisito técnicamente y les sorprendió que siendo inferiores físicamente competíamos gracias a la rapidez de ejecución, la organización y el nivel táctico. Muchos equipos americanos tienden a jugar al espacio y en velocidad en vez de un fútbol más asociativo como el nuestro. Les llamó la atención nuestra propuesta", relata Suárez. Tanto destacó, que otros torneos estadounidenses, de San Diego y de Miami, ya han comunicado al Oviedo que quieren contar con los azules en futuras ediciones.

Para los chavales, la experiencia también fue enriquecedora. Lo fue por lo vivido tanto en el terreno de juego ("un campeonato de este nivel te obliga a exprimirte y nos permite saber dónde estamos", defiende Suárez) como fuera. Los jóvenes futbolistas convivieron con familias americanas durante el desarrollo del campeonato. "Pudieron experimentar otra forma de vida y eso es importante para la formación de los chavales", asegura el coordinador de El Requexón.