El División de Honor, el primer juvenil del Oviedo, es un equipo en el limbo. Se sitúa en el último escalón del fútbol formativo, justo antes de que los elegidos den paso al Vetusta, en una aventura que ya se asemeja bastante al fútbol profesional. Por eso, la labor en el juvenil no es sencilla: se trata de conjugar de forma adecuada la labor de formación con la obtención de resultados. "La clave es formar ganando porque siempre es más sencillo formar en las victorias", señala Álex Rodríguez, el entrenador del División de Honor una vez que el equipo ha finalizado su participación en la categoría. El primer juvenil azul ha sido quinto en la tabla en una campaña con altibajos en la clasificación pero que ha cumplido varios de los objetivos propuestos desde el club.

Los azules acabaron la temporada por detrás de Sporting, Dépor, Celta y Racing en una competición que llegaron a liderar en octubre. Les costó entrar en faena a los de Álex Rodríguez con una derrota y un empate iniciales, pero después se engancharon al campeonato con seis victorias consecutivas. En la octava jornada era líder de su grupo. Pero ese ritmo vertiginoso fue imposible de mantener. El técnico echa en falta más dinámicas como aquélla para haber luchado por los primeros puestos. "Para aspirar a entrar en la Copa o incluso al título tienes que tener tres rachas al menos como aquella, dinámicas que te empujen hacia arriba", explica.

Pero al margen de lo que dice la tabla, la temporada ha servido para la formación de futbolistas que siguen avanzando en El Requexón. "Yo le pondría muy buena nota a la temporada teniendo en cuenta que jugamos en muchos partidos con 3 o 4 chicos de primer año. Gente del Liga Nacional que ha jugado habitualmente. Además, algunos juveniles han participado con asiduidad en el Vetusta", relata su entrenador. Ahí están los casos de Jorge y Javi Mier, Iván, Álex o Francis que han estado en ocasiones a las órdenes de Javi Rozada. "Estoy contento porque creo que los futbolistas han evolucionado esta temporada", añade.

El colofón de la temporada para el División de Honor llegó en Dallas, en la participación en el prestigioso torneo. En semejante escenario, el juvenil azul lanzó su propuesta. "Los equipos americanos, y también el Arsenal y el Manchester, tenían equipos físicos, con un juego más directo. Así que nosotros intentamos hacernos dueños de la pelota", explica. El equipo cayó en la primera ronda, pero dejó un buen sabor de boca. "Competimos perfectamente en tres de los cuatro encuentros (tras la eliminación disputaron un amistoso) y estuvimos mal ante los brasileños", resume el técnico.

Álex Rodríguez cumple su tercera campaña al frente del División de Honor. Este año, además, le ha tocado vivir desde dentro un cambio de rumbo. El proyecto liderado por Roberto Robles dio paso en verano a la dupla formada por Roberto Suárez y el mexicano Lalo Rergis. La nueva visión, que se quiere imponer a medio plazo, es que los chavales den un paso adelante en competitividad. "Lo más importante es mezclar el alto rendimiento con la alta formación, en ello enfocamos el trabajo. No se debe descuidar la formación futbolística individual", señala el entrenador del juvenil azul.