El Anxo Carro marca el camino, pero no es el destino final. Anquela, exigente, quiere que el equipo dé más, sobre todo en el apartado ofensivo. "Me gustaría que tuviéramos el nivel de Lugo y que hiciéramos más cosas en ataque, que tuviéramos más el balón", explicó el técnico en la previa. Esa es la idea: una versión más atractiva del Oviedo. Parece coherente la idea expresada por el jienense con la elección de los nombres. El 4-2-3-1, el sistema re-estrenado en Lugo, es el dibujo que encaja perfectamente con los futbolistas de más talento.

El esquema empleado en el Anxo Carro sirvió para ver por vez primera desde el inicio a los tres medias puntas de calidad de la plantilla de Anquela. El técnico se decidió a formar con Aarón, Fabbrini y Berjón por detrás de Toché. La puesta en escena dejó algunos buenos momentos, especialmente en alguna posesión larga de la primera mitad, aunque no fue precisamente la tarde de más lucimiento de los talentosos.

De hecho, el Oviedo completó en Lugo menos pases. 298, menos que la media de los cuatro partidos previos (ante Tenerife, Granada, Córdoba y Alcorcón), cuando dio 347,5 pases. La diferencia es notable. El porcentaje de acierto en el pase estuvo en una línea similar a la del último mes de competición. Ante el Lugo, los de Anquela acertaron en el 65,1% de los envíos, muy cerca del 64,8 de pases buenos de los cuatro partidos anteriores. En cuanto a las recuperaciones de balón, también hubo un descenso claro en el Anxo Carro. 49 pelotas recuperadas ante los de Francisco por las 61,5 de media en el mes anterior de competición. Sí se observó la semana pasada una mejora estadística sustancial: fue en los balones perdidos. En los cuatro choques precedentes, el Oviedo perdió una media de 178,25 pelotas por las 165 del Anxo Carro.

La apuesta por el nuevo sistema promete mejor rendimiento en el Tartiere, donde el Oviedo, en teoría, está más dispuesto a ser protagonista. De ahí que Anquela haya decidido darle vuelo al 4-2-3-1 una semana más. El dibujo pone el foco en Fabbrini como destinatario de muchos de los envíos, encargado el italiano de darle sentido al fútbol ofensivo. Los flancos son para Berjón y Aarón, los que ponen la aceleración.