Aquella tarde, con el equipo apurado en la tabla y el líder por entonces delante, el Lugo, el Oviedo demandaba un paso adelante de los valientes. De los jugadores de más talento. Con los gallegos por delante, el árbitro señaló penalti y Berjón asumió la responsabilidad. Anotó en el inicio de una reacción (victoria azul 3-2) que transformó a los de Anquela de equipo sin rumbo a candidato al ascenso. Berjón, que siempre ha destacado antes por sus asistencias que por sus goles, había firmado su quinto tanto. Como si fuera una maldición, el extremo, que mantuvo su excelente aportación como asistente, dejó de aparecer de pronto de la lista de goleadores. Hasta el partido de ayer.

"¿El del Almería en propia no se cuenta o qué?". Berjón bromea cuando se le menciona el tiempo que llevaba esperando para celebrar otro tanto. Después, deja clara sus prioridades: "Más que marcar es que el equipo gane. Firmo no marcar más goles y que el equipo se quede con los tres puntos en todas las jornadas. Lo único que vale a estas alturas es que el equipo gane".

El regreso al protagonismo goleador llega en una jornada redonda. Victoria azul y vuelta a los puestos de play-off. "Es el camino a seguir. Solo vale sumar de tres en tres, y pensar solo en el siguiente rival. Ganar 1-0 y no sufrir excesivamente es importante", explica. "Estar sexto nos puede ayudar en lo anímico. El Tartiere tiene que ser un fortín, somos conscientes de ello. Ahora a por el Valladolid", añade.

Berjón, que conoce a Anquela desde antes de su periplo juntos en Oviedo, es de los que mejor entiende la filosofía del técnico. "Lo tenemos claro desde que jugamos contra el Lealtad en pretemporada: no hay un Madrid y un Barça en Segunda. Nadie gana fácil. La categoría está loca. Aunque estés arriba y juegues contra uno de abajo te puede ganar. El Reus le ganó al Cádiz esta jornada. Ése es el último de los ejemplos", analiza.

Ahora, con el sexto gol en su mochila, iguala con Carlos Hernández y Toché al frente de los máximos artilleros azules en el campeonato.