Pocas cosas dan más rabia a un delantero que marcar y que su equipo pierda. Y eso fue exactamente lo que le pasó a Miguel Linares, ayer ante el Valladolid. La diana del ariete llegó en el minuto 85, cuando el Oviedo ya perdía por dos goles a cero. Por esa circunstancia, el aragonés consideró "que fue tardía" y que si "quizás hubiera marcado a 15 minutos del final, el resultado podría haber sido diferente.

A pesar de lo evidentemente negativo, el delantero carbayón vio el lado bueno de las cosas y al menos valoró su gol como "positivo en los anímico, ya que al final los delanteros vivimos de esto". Eso sí, también se mostró crítico con el juego desplegado por el equipo y diagnosticó el problema en el centro del campo. "Sobre todo en la primera parte no estuvimos finos. Quizás la gente que tiene que tener más el balón no han estado bien. El domingo pasado fueron los que nos llevaron el partido", explicó.

Tampoco le restó méritos al Valladolid. "Teníamos delante a un gran equipo y esos dos goles tan seguidos nos han hecho mucho daño", evaluó, matizando que "aunque hubiéramos ganado, aquí no hay nada hecho, quedan seis finales".

Una visión que compartía el zaguero, Carlos Hernández, que cómo Anquela, habló sin rodeos: "Fue un día para olvidar". "Fueron mejores que nosotros", ahondó el futbolista como explicación fundamental a la mala imagen del equipo ante un rival directo. Una razón que posteriormente cumplimentó: "No hemos estado cómodos. Ellos tuvieron más tiempo el balón", concluyó.