El planteamiento es igual en los dos bandos: el choque de mañana supone algo más que tres puntos. Por una cuestión sencilla: el que derrota al rival directo sumará tres y hará que su enemigo se quede a cero. En el Numancia lo tienen tan claro como en Oviedo. "El Oviedo es un rival directo. Y tenemos todas las fuerzas en ese partido. De ganar, daríamos un paso de gigante, pero habrá un rival que nos pondrá las cosas difíciles", advierte Arrasate, técnico de los sorianos.

El preparador alaba la competitividad de los azules: "Espero un rival complicado, que no nos deje jugar, que defiende muy bien y que gana duelos individuales. Arriba tiene jugadores desequilibrantes y un entrenador que sabe de lo que va esto. Me gustaría imponer nuestro estilo en casa, pero no va a ser fácil", analiza. Y añade: "Si pierden se pondrán a cinco puntos de nosotros en la tabla. Van a buscar su posibilidad de victoria".

Para los numantinos, el trabajo de la semana ha traído buenas noticias. Arrasate podrá contar con dos piezas fundamentales en sus esquemas y está pendiente de una tercera. Íñigo Pérez y Manu del Moral serán dos de las novedades en la lista. El primero entrará en el equipo inicial tras cumplir un encuentro de sanción. El segundo regresa tras un mes apartado del equipo por una lesión muscular y parece que empezará el choque ante el Oviedo en el banquillo. La tercera novedad podría ser Diamanka. El centrocampista se perdió el choque de Tarragona y parecía que podría estar de baja al menos otra semana más. Sin embargo, se ha entrenado estos días al mismo ritmo que sus compañeros y parece en condiciones de jugar. Arrasate podría incluso darle la titularidad. Las bajas confirmadas a estas alturas son las de los lesionados de larga duración Julio Álvarez, Ripa y Luis Valcarce.