Jorge Menéndez Vallina llegó sonriente al encuentro con los abonados que ayer recibieron la insignia de oro por sus 50 años de fidelidad al Oviedo. El presidente quiso ponerle al mal tiempo buena cara en un acto tan señalado y ante tan ilustres invitados. Y es que, aunque los resultados y la imagen del equipo han sido malos en los dos últimos encuentros, Menéndez Vallina prefiere ver el vaso medio lleno y seguir confiando en que el equipo azul va a lograr la clasificación para disputar el play-off de ascenso a Primera, al contrario de lo que sucedió en las dos temporadas anteriores, en las que el Oviedo se quedó a las puertas de lograrlo. "Siempre hay gente que ve el vaso medio vacío y piensa en las temporadas anteriores, yo creo que cada temporada es distinta, que ésta es distinta; hay que pelearla, y yo estoy animado", señalaba el presidente azul.

Para Menéndez Vallina no queda otra que seguir dando la batalla en las cinco jornadas que quedan de liga para hacerse con una de esas seis ansiadas plazas: "Nos quedan cinco partidos y todos los encuentros que nos quedan los vamos a pelear a muerte, tenemos todos las opciones todavía". Unas opciones que le llevan a pedir a la afición que siga animando como lo viene haciendo: "Que nadie baje los brazos".

En cuanto a la entrega de las 39 insignias de oro a los que cumplen 50 años como abonados que tuvo lugar en el restaurante De Labra, el presidente confesó que es "un acto entrañable, da mucho gusto felicitar y homenajear a la gente que lleva mostrando su fidelidad al Oviedo tantos años".