Siempre hay un día de la semana destinado al trabajo más didáctico. Al aprendizaje sobre el césped. Suele ser el miércoles salvo que, como en el caso actual, al Oviedo le adelanten su partido. Ayer tocó repasar la lección sobre el césped de El Requexón. Se repitió la rutina: el grupo se divide en dos y mientras unos trabajan el físico y las finalizaciones con Marcos Marcén, otros se ponen a las órdenes de Anquela para ensayar movimientos tácticos.

La novedad esta semana es que el ejercicio no se centra tanto en neutralizar las armas del rival como en repasar algunos conceptos de los azules en su fase defensiva. Anquela aprovecha el entrenamiento para incidir en el 5-3-2 que puso en liza en Pamplona pero con algunos matices. En determinados momentos de la sesión, el técnico ordena a gritos el cambio: "¡Ahora, con tres!". Se refiere a los hombres del frente de ataque. Uno de los pivotes se aleja hacia la banda (Yeboah en el primer grupo, Aarón en el segundo) para dibujar el 5-2-3 que ha sido más habitual a lo largo de la temporada. El primer ejercicio fue completado por Cotugno, Carlos Hernández, Verdés, Christian Fernández, Mossa; Mariga, Rocha; Yeboah, Toché, Berjón. Después, Anquela repite el mismo trabajo con Johannesson, Valentini, Forlín, Varela, Pucko; Folch, Hidi; Aarón, Linares, Fabbrini.

El entrenamiento también sirve para comprobar que Carlos Hernández está en perfectas condiciones tras perderse la sesión del lunes. Ayer trabajó con sus compañeros y podrá jugar ante el Sevilla Atlético. Al igual que Mossa, una vez cumplido su encuentro de sanción. La presencia del valenciano en el carril izquierdo del sistema se antoja imprescindible en busca de la profundidad que exige el dibujo impuesto por Anquela.

Las pruebas efectuadas en El Requexón parecen demostrar que el cuerpo técnico mantiene las dos posibilidades abiertas, la del 5-2-3 y la del 5-3-2. Incluso combinar lo dos. La segunda fue empleada en Pamplona, según explicó Anquela, por la necesidad de frenar el centro del campo de talento de Osasuna. Los tres futbolistas centrales del 4-1-4-1 rojillo preocupaban al técnico, que optó por presentar pelea en esa zona del campo. Lo logró a la hora de defender, al menos hasta la entrada de Fran Mérida en escena. Otra cosa fue cuando el equipo tuvo la pelota. Ahí, el Oviedo se mostró más tosco.

La decisión final dependerá del estudio del rival y del momento de los azules. La única salida para Anquela es lograr los tres puntos el sábado.