El Requexón no quiso ayer ser menos que el Congreso de los Diputados. En un día de largos discursos y encendida oratoria, mientras se decidía un posible cambio de Gobierno en España, Anquela subió al estrado azul y resolvió casi todas las dudas del oviedismo en un mitin de más ocho minutos. El técnico atendió a los medios en la previa del último partido de Liga ante el Huesca en el Tartiere (mañana, 20.30 horas), en lo que fue una intensa comparecencia mucho más larga que lo que suele ser habitual. Diecisiete minutos que dieron para abarcarlo todo: su futuro, los fichajes que se avecinan y la valoración, a falta de una posible carambola (5% de posibilidades), de que el Oviedo se quede otra temporada a las puertas del play-off. Anquela entró en la sala con muy buen humor, curiosamente bastante más animado que después de la victoria al Sevilla Atlético en el Tartiere hace dos semanas (2-1) y, cuando no llevaba ni tres minutos hablando, sin que nadie le preguntase expresamente, cogió el timón y no lo soltó en casi diez minutos. Cómo si fuese un político, Anquela se dirigió al oviedismo y colocó el discurso que quería soltar en el momento que quería soltarlo, a un partido de que, previsiblemente, todo acabe.

Futuro. El jienense quiere seguir en el Oviedo y, salvo sorpresa mayúscula, así será. "Estoy muy orgulloso de estar trabajando con esta gente y ojalá pudiese hacerlo más tiempo, tengo que ganármelo. Porque yo quiero estar aquí, en el Real Oviedo. Me han salido otras cosas y he dicho que no, que quiero terminar el trabajo aquí". Primera duda, si es que la había, resuelta. Anquela no se quiere mover del barco azul, como ya adelantó ayer este periódico. La palabra "orgullo" no es casual, la utilizaría el jienense hasta tres veces más a lo largo de toda su intervención. "Estoy orgullosísimo de estar en el Oviedo", repitió. "No he sentido un apoyo tan fuerte en ningún otro sitio, de vosotros (referido a la prensa) y de toda la gente. Trabajo honradamente, vivo por y para el fútbol y este equipo me ha llegado al alma, porque tiene lo principal: una ciudad entera detrás que va a muerte". Las conclusiones son sencillas: los ánimos de Anquela, intactos pese al varapalo de León, y las ganas de triunfar en el Oviedo, en efervescencia.

Al son del club. Técnico y dirigentes, al menos eso parece por lo dicho ayer, van de la mano en el futuro. La planificación para la temporada que viene se hace con el visto bueno de Anquela y él mismo dejó clara ayer su más que aprobación sobre las decisiones que se toman en las altas esferas de la entidad. Alabó la política deportiva azul e incluso recordó el pasado, el reciente, el triste, el de los malos tiempos, cuando el Oviedo estuvo al borde del abismo. "En el fútbol no se puede vivir del pasado. Nosotros (en general) o nos engañamos o no queremos ver la realidad; los señores que cogieron este equipo llegaron con el club en la más absoluta ruina y ahora lo han reflotado. Están haciendo las cosas con unos cimientos sólidos y con unas bases muy fuertes. Intentando no deber una perra a nadie y hacer las cosas bien". Ahí se para. Pausa para incrustar su segundo mensaje: las dificultades, para fichar y hacer un buen equipo, que conlleva llamarse Real Oviedo. "¿Sabéis lo que pasa? Que futbolistas que cobran tanto en un equipo oyen Real Oviedo y entonces piden cuatro veces más. No quieren firmar un año, quieren una jubilación anticipada. Porque es el Oviedo y por los aires de grandeza que hay alrededor de este equipo. Hay que ceñirse a la realidad. A principio de temporada la gente se piensa que el Oviedo no firma a un futbolista porque no quiere. No, el Oviedo no firma a ése porque hay un presupuesto que hay que cubrir, y el objetivo prioritario es ése, hacer unas bases sólidas como las que están construyendo en estos momentos. Aquí hay gente trabajando de maravilla que está poniendo al Oviedo en el mundo".

Contratos de un año. Lo tiene especialmente claro el técnico andaluz. Si por él fuese, no habría contratos en el Oviedo que durasen más de una temporada. Tampoco es nueva esa postura en el entrenador jienense. En el mercado de invierno ya aclaró que era más importante dar bajas que altas. Ayer, gesticuló en especial y se excitó hablando sobre este tema. "Si estuviese en mi mano los futbolistas firmarían de año en año y no le daría contratos de tres a nadie. ¡Les daría un año! Como me dan a mí, y luego pues ya se vería", concluyó.