Carmelo del Pozo (Segovia, 1969), exdirector deportivo del Oviedo, cumple un mes al frente de la dirección deportiva del Deportivo de La Coruña, uno de los clubes favoritos al ascenso la temporada que viene en Segunda. Del Pozo, que fue destituido en el Oviedo en abril de 2016 y fichó por el Levante, con quien ascendió a Primera, concedió una extensa entrevista a La Opinión de Coruña, del mismo grupo que LA NUEVA ESPAÑA, en la que, además de las intenciones del club gallego, da sus opiniones sobre la Segunda División.

-Lleva un mes en el Deportivo. ¿Cómo ha sido?

-Con mucho trabajo, porque lógicamente llegas a un club nuevo y tienes que conocer a toda la gente que hay en la entidad y el formato de trabajo del día a día. Encima te encuentras con una situación un poco difícil en el sentido de que cambias de categoría y eso supone muchos más movimientos.

-¿Qué le terminó animando a abandonar el Levante y aterrizar en A Coruña?

-Me motiva un proyecto, me motiva que para hablar del Deportivo hay que hacerlo en mayúsculas. Hablar del club tiene la suficiente importancia como para que cuando te llama estés con la ilusión y las ganas de venir. La categoría no la da dónde juegas, en Primera o en Segunda, la da el club. El Deportivo la tiene.

-¿Con un reto por delante a la altura del club?

-Es un reto difícil pero ilusionante, porque entras en un proyecto en el que te permiten la posibilidad de reorientar el área deportiva en un momento complicado con unas posibilidades grandes de mejorar y aportar el perfil de lo que te gustaría hacer.

-¿Qué le ha encargado el club de manera inmediata?

-Desde el primer día la disposición de todas las personas que están dentro del Deportivo ha sido maravillosa, creo que están abiertos a todo tipo de ideas y de apoyar el proyecto nuevo que se va a hacer en el departamento deportivo. Lógicamente quieren dar una visión diferente de la que había hasta ahora en el área deportiva y me han trasladado que están a mi disposición, lo que ya es de agradecer porque toda la gente está con mucha ilusión.

-¿Tiene ya entrenador el Deportivo?

-El Deportivo en su cabeza tiene un entrenador (Natxo González), lo que hay que tener claro es que todo tiene sus plazos y sus procesos. En ese proceso se tiene que empezar a trabajar en el proyecto en sí de la dirección deportiva y por otro en la configuración de un cuerpo técnico y una plantilla que asuma un reto tan difícil como es competir en Segunda.

-¿Qué perfil se busca?

-Se busca un perfil completo en lo personal y en lo profesional, que tenga el nivel para estar en el Deportivo. En lo personal significa que el trato en el grupo sea justo en las decisiones y en lo profesional que haga que el equipo compita bien y le saque máximo rendimiento a los jugadores.

-¿Le han llamado muchos entrenadores o representantes durante este último mes?

-Sí. El Deportivo, a pesar de la situación desgraciada del descenso, tiene un nombre que es muy ilusionante para mucha gente. Eso significa que este club está vivo y lo que hay que intentar es canalizar esa ilusión para encontrar las personas idóneas. No solo vale la ilusión, hace falta capacidad. Hay gente que tiene mucha ilusión, pero no tiene capacidad para este reto, que es muy difícil.

-¿Encaja Natxo González?

-Se han dado muchos nombres por hecho desde hace mucho tiempo, lo que hay que dar es un poco de tiempo a las cosas para que tomen forma y se puedan cerrar cuando sea el momento.

-¿Qué es competir en Segunda División?

-Competir es que cada domingo, cuando acabe el partido, la gente se sienta satisfecha del equipo que defiende sus colores. La categoría es sumamente igualada. Se ha visto este año. De los equipos que habían descendido, dos ni siquiera se metieron en el play-off y otro lo está jugando.

-¿Tan dura es esta Segunda?

-Cada vez más. Hay una situación con los nuevos contratos de televisión por la que equipos que tienen mucha tradición y mucha historia caen a Segunda y les cuesta mucho subir, mientras que otros clubes sin ese nombre y esa historia pero con una situación económica muy ventajosa porque no tienen deuda consiguen ascender y asentarse en Primera con el nuevo contrato de televisión. Ves la clasificación y encuentras equipos con nombre en Segunda que deberían estar Primera, y viceversa, teniendo respeto por esos equipos porque se demuestra que sin tanto nombre lo han hecho muy bien.

-Será una realidad nueva a la que adaptarse...

-Lo más difícil es que el entorno, la afición y el club sepan convivir con eso. Es una categoría en la que durante tres semanas puedes estar de líder y tres semanas después puedes estar hasta fuera del play-off. Eso supone unos continuos toboganes o vaivenes que son difíciles de llevar. La clave es que los de dentro, entrenadores y jugadores, convivan con esa dinámica, pero lo más difícil es que el entorno sepa llevar esa situación, porque son unos vaivenes constantes en los que en una semana o dos cambia la clasificación. Si todos somos capaces de lograr un estado de calma, seguramente llegaremos a un objetivo final importante. Hay que pedir, aunque no es justo pedir a la afición después de lo que ha pasado, que tenga calma y paciencia en ese proceso. Hay que formar un equipo nuevo y eso supone bastante tiempo.

-¿El ascenso es algo irrenunciable?

-El ascenso es un premio, no es un objetivo. El objetivo es volver a hacer un equipo competitivo y que ilusione a la gente. Seguramente si hacemos eso en ese trayecto llegaremos a unos retos deportivos a medio plazo muy buenos. Nosotros nos marcamos competir día a día, hacer equipo, que creo que es muy importante hacer que esto sea un equipo, que sea un club y que tenga una buena estructura deportiva. Si lo conseguimos, estaremos en las posiciones que tenemos que estar.

-¿Hay una fórmula para ascender?

-No hay ninguna pócima, sino todos los equipos la comprarían. Nosotros tampoco la tenemos, tenemos una idea y una filosofía de lo que queremos. Lo que queremos es que el equipo sea competitivo y que la gente se sienta orgullosa.

-¿Lo buscarán mediante un estilo determinado?

-No hay ninguna manera de jugar para ascender, hay una manera de jugar y de competir. Cada equipo tiene su forma. ¿Cuál es el sello? Pues el que te marque el entrenador con su trabajo y lo que tú consigas hacer en la plantilla conforme a lo que el entrenador te pida. Hay que intentar hacer un binomio que sea dirección deportiva, cuerpo técnico y jugadores en el que todos vayan en la misma línea.

-El Deportivo tiene dos ascensos recientes, ¿sirven como ejemplo para la próxima temporada?

-Las circunstancias del Deportivo en esas dos últimas veces que ascendió directo al año siguiente son muy diferentes por cómo es la competición ahora. Antes no había diez equipos que se pudieran meter en el play-off en la última jornada, ahora los hay. De los 22 equipos hay 17 que te dicen que su objetivo es meterse en el play-off y ascender, tres que luchan por no descender porque son recién ascendidos y los otros son filiales. La competición se ha igualado tanto que lo que tienes que hacer es configurar una plantilla competitiva que te permita llegar a las últimas cinco o seis jornadas peleando por ascender.

-¿Se parecerá en algo el equipo al de la temporada pasada?

-Casi nada.

-¿Toma como referencia su trabajo en el Levante?

-Allí conseguimos una filosofía de competir, eso es lo que tenemos que lograr en el Dépor.

-Suena a un equipo de gladiadores...

-El Barça no era de gladiadores y veías a Messi, a Iniesta y a Xavi presionar y morder para robar la pelota. No es un problema de concepto, es de ilusión, de trabajo... Si el equipo hace eso contagiará a la grada y si la grada ve eso estará contenta y apretará. El problema no es cómo vamos a jugar al fútbol, es competir. Competir significa ser intenso, darle valor a cada cosa que haces en el día a día y ser profesional.