El Oviedo irrumpió en Segunda División, finales de agosto de 2015, con el impulso del éxito del Carranza (la victoria más coreada por la afición en mucho tiempo) y una propuesta ilusionante. Aquel proyecto partía de la base de Segunda B a la que fue añadiendo complementos para competir un escalón más arriba. Y la fórmula funcionó hasta que Sergio Egea, sin el apoyo del vestuario, dijo basta. El final de aquella campaña empañó un trabajo que rozaba el sobresaliente. La puesta en escena de aquel equipo sonaba a proyecto a medio-largo plazo. La media de edad de la plantilla de la 2015-16 era de 25,8 años, un equipo con proyección. Al año siguiente subió hasta los 27,1 (el segundo equipo más veterano tras los 27,3 del Getafe) y en el curso que acaba de finalizar se situó en los 28,9, el tercero con más edad de Segunda.

La idea que se mantiene desde el conjunto azul es que este año la plantilla será más corta y tendrá un apoyo más activo del filial (este año en Segunda B, lo que facilita el salto), aunque las intenciones siempre dependen del refrendo del entrenador. Construir una plantilla con menos fichas (se irá seguramente hasta las 21 o 22) y apoyarse de los valores del Vetusta permitirá un rejuvenecimiento del equipo, algo que parece necesario si se quiere hablar de un proyecto con recorrido. La temporada pasada, solo el Alcorcón (29,5 años de edad) y el Albacete (29,1) contaban con plantillas más veteranas. Las propuestas más jóvenes fueron, parece lógico, de los dos filiales en la categoría: la plantilla del Sevilla Atlético tenía una media de 21,5 años de edad y la del Barça B, 21,4. El equipo que no tiene condición de filial con un equipo menos viejo fue el Lugo, con un promedio de 26,5 años.

Los movimientos efectuados en el mercado hasta la fecha han permitido, de momento, reducir ligeramente la edad media de la plantilla. Ahora mismo, con los 18 hombres que cuenta Anquela con contrato, la edad media es de 28,5 años. Los dos fichajes responden a dos perfiles bien distintos. Sergio Tejera es, a sus 28 años, un experimentado centrocampista en la categoría. Tiene una edad que parece ideal para mostrar sus condiciones. Boateng es una apuesta más arriesgada. Con 25 años está ante la oportunidad de hacerse un hueco en el fútbol profesional tras destacar el pasado curso con el Melilla en Segunda B.

A las dos contrataciones se les suma el bloque de 16 hombres que tiene contrato en vigor (Christian, renovado, se ha unido esta semana al grupo), aunque no todos estarán en el equipo el próximo curso. Las edades de esos futbolistas van desde los 23 años de Guillermo Cotugno, el más joven, hasta los 35 de Toché, el veterano de la plantilla.

Esa media de 28,5 años de la plantilla puede verse reducida con la salida de algunos jugadores con más kilómetros en las piernas. Es el caso de Verdés, 34 años, en la rampa de salida tras comunicarle el club que no entra en los planes del entrenador. Valentini, 29, también sabe que no cuentan con él. Otro hombre con experiencia, David Rocha (33 años) podría no continuar si encuentra acomodo en otro club de Segunda.

La cifra de 28,5 años de edad todavía tendrá muchas alteraciones, ya que no todos los futbolistas con contrato seguirán y, además, queda por cerrarse la llegada de un número importante de futbolistas.