Juan Antonio Anquela, en su segundo año en Oviedo, está decidido a desatar los cabos sueltos del año pasado. El poder del técnico jienense en la dirección deportiva, su opinión para cerrar las incorporaciones de una plantilla que buscará el ascenso, ha ganado enteros respecto a la anterior temporada, en la que el Oviedo se quedó a las puertas del play-off por tercer año consecutivo.

Cuando llegó a la capital del Principado, en junio del año pasado, Anquela se amoldó a un plan deportivo establecido. No intervino en las bajas ("cosa del club", dijo en su presentación) y tuvo un papel más secundario que ahora en los nuevos fichajes, un total de catorce. Con un mercado encarecido y la firme política azul de no pagar por traspasos, el Oviedo tuvo que pescar en mercados extranjeros, con un éxito escaso visto el rendimiento, a diferencia del buen nivel mostrado por las incorporaciones nacionales como Folch, Mossa o Carlos Hernández entre otros.

En ese contexto se entienden las llegadas de Hidi, Valentini, Fabrinni, Mariga o Pucko (aunque estos dos sí últimos habían tenido una breve experiencia en España). Ninguno de esos jugadores tuvo protagonismo en Asturias y, aunque tres de ellos tienen contrato en vigor, están apartados de los entrenamientos y no jugarán en el Oviedo el año que viene, por iniciativa del propio Anquela, que ahora sí decide los que se marchan, y también pone el foco en los que llegan. El escenario de mando, pues, ha cambiado; el poder de decisión de Anquela es mucho mayor que el de sus predecesores en el banquillo azul desde la vuelta a Segunda (Egea, Generelo y Hierro).

La prioridad, marcada por el jienense, avalada por la dirección deportiva (Joaquín del Olmo y Ángel Martín González) y siempre aprobada desde México (Arturo Elías supervisa todos los movimientos) es tratar de no repetir errores y atar jugadores que conozcan bien el fútbol español. Hasta el momento, las cinco llegadas: Tejera, Boateng, Javi Muñoz, Champagne y Carlos Martínez, tienen ese perfil. La llegada de Boateng, con poca experiencia en Segunda, pero conocedor del fútbol español, demuestra el aumento de la influencia de Anquela en los fichajes del Oviedo; él mismo pidió informes sobre el jugador y avaló su llegada a Asturias.

Es importante que los fichajes "entiendan" a Anquela y conozcan la Segunda División, como el mismo afirmó el sábado en su primera comparecencia pública. El jienense no quiere "traer por traer", una frase que parece un tirón de orejas a algunos fichajes de la temporada pasada. De Olmes, por ejemplo, el fichaje de invierno para apuntalar el ataque, Anquela sólo había visto un vídeo.

"Si son de fuera que conozcan España", es la respuesta que da la dirección deportiva del Oviedo a los constantes ofrecimientos de agentes de futbolistas que llegan a las oficinas del club carbayón. Porque, aunque la prioridad es el mercado nacional también podrían llegar apuestas de otras ligas extranjeras. Las dificultades para firmar futbolistas de nivel ahogan a un Oviedo que con una base sólida del año pasado y cinco incorporaciones tiene perfilada la plantilla, a falta del ingrediente más importante, el gol.

El Oviedo sigue aguardando la respuesta de Cardona y también trabaja en otros escenarios por si finalmente no llega el catalán, que tiene una oferta del Eibar que puede truncar su futuro de azul. El nueve es el quebradero de cabeza del verano, aunque todavía queda un largo mes y medio de mercado para cubrir una posición que sólo cuenta con Toché y el apoyo secundario de Steven.

El segundo año de Anquela, con el creciente poder del jienense en las decisiones deportivas, también servirá para ver si la apuesta por la cantera va en serio. Los canteranos que subieron con el primer equipo en la primera semana de pretemporada han mostrado un buen nivel. Hay esperanzas puestas en Borja Sánchez, la perla del Requexón, que rescindió su contrato con el Real Madrid este verano y ya pertenece al Oviedo en propiedad.