El gol cuesta. También en Segunda División. El último ejemplo se vio ayer. El Deportivo le comunicó a Osasuna que abonaría 1,7 millones de euros de la cláusula de Quique González. El ariete disputó el último curso 42 encuentros con los de Pamplona (36 como titular) y anotó cinco goles. Ese ejemplo, que el Depor pague 1,7 millones por un delantero que el pasado curso se quedó en cinco dianas, demuestra lo dura que es la búsqueda de pólvora en Segunda. El Oviedo, una vez superado el revés de Marc Cardona (que finalmente eligió el Eibar como destino), ya rastrea el mercado en busca de alternativas al puesto de nueve.

Porque la opción de Cardona ha sido la preferida por los azules desde el inicio del mercado. El Oviedo fue uno de los primeros clubes en ponerse en contacto con el representante del futbolista, cuando el Barça aún no se había pronunciado sobre su futuro (tenía la opción de renovarlo automáticamente, como así hizo). El Oviedo albergaba esperanzas de que pudiera llegar incluso en propiedad, siempre que el Barça no ejecutara su cláusula. Tras la renovación, cambió el escenario pero no el interés: se pretendía su cesión. Anquela era el principal impulsor del fichaje.

Y desde el club azul se vio cerca su llegada, aunque no era la misma postura que se mantenía desde el entorno del futbolista, que siempre habló de diversas opciones y que sería el delantero el que decidiría. Hasta seis ofertas le presentó su agente antes de tomar la decisión. La del Eibar, la única que le ofrecía la posibilidad de jugar en Primera, era la más sugerente para el futbolista.

El Oviedo, que se olía el desenlace, decidió activar entonces las alternativas en un mercado, el español, que tampoco ofrece muchas. Desde el club azul ya se han hecho una idea de que si se quiere tener gol habrá que pagar. Está el caso de Quique, pero no es el único. Rodri, otro de los delanteros perseguidos hace unas semanas, se acabó marchando al Granada por una cuestión económica. Mientras el delantero negociaba con la Cultural una rebaja de su cláusula de salida (unos 70.000 euros), llegó el Granada dispuesto a abonar esa cantidad, algo que el Oviedo no llegó a hacer, y Rodri, que había pedido una semana al club azul para estampar su firma cuando se incorporara de las vacaciones, se comprometió con el conjunto nazarí.

El club carbayón vuelve a situarse de nuevo en la casilla de salida. Anquela demanda dos delanteros y la dirección deportiva trabaja en la misma sintonía. El problema está en encontrar los candidatos idóneos. Se quiere reforzar el ataque con un delantero con movilidad, con chispa, que se complemente con Toché. Por él se haría el esfuerzo económico. Para el rol de tercer delantero, puede apostarse por un perfil menos llamativo, un delantero con hambre.

Para el atacante con nombre, las opciones se restringen en el mercado nacional. Hay más demanda que oferta y los pocos candidatos que cumplen los requisitos tendrían un coste notable. Como Joselu, en la agenda de la dirección deportiva desde que jugaba en el Lugo y al que el Granada no le pone fácil su salida: tiene contrato para los dos próximos años y un sueldo importante. El club nazarí no parece dispuesto a soltarlo, así se lo habría comunicado al Cádiz (interesado en su llegada), y, de hacerlo, sería mediante un traspaso. La falta de alternativas en Segunda abre dos nuevos horizontes: los descartes de Primera y el mercado extranjero. En todos los casos, en el Oviedo tienen asumido que tocará pagar para hacerse con un delantero de garantías, ya sea mediante traspaso o asumiendo un sueldo elevado.

Para el papel de delantero que complemente a Toché y al otro ariete potente sí hay más opciones en el mercado. Uno que encaja es Luis Fernández, delantero que Anquela tuvo a sus órdenes en el Huesca y que se encuentra sin equipo tras acabar su contrato con el Deportivo B la pasada campaña. Desde el entorno del futbolista se asegura que, además del interés inicial del Oviedo, reconocido por el propio futbolista a LA NUEVA ESPAÑA el pasado 6 de julio, habría otros dos conjuntos de Segunda que querrían contar con el delantero.