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"Ésta para Instagram"

"Ésta para Instagram"

En el momento en que lo vieron llegar, Pelayo y Omar, mierenses de 14 y 11 años, sprintaron hacia el autobús del Oviedo, aparcado cerca de la basílica de Covandoga. "Los conocen a todos. Ya verás", avisaba, rápido, su abuela. Vaya si los conocían: apareció Forlín, foto. Apareció Toché, foto. Llegó Champagne, choca esas cinco. "Es que son muy del Oviedo", decía la "yaya". Abuela orgullosa.

Fue un día de fotos. De muchas fotos. Fotos de los aficionados a los jugadores. De los aficionados con los jugadores. De los jugadores con ellos mismos, con el paisaje. El día, en sí, era fotográfico, cielo azul, marco verde, "el mejor del verano", según la responsable de la oficina de información turística. 28 grados: gafas de sol y gorros de paja a tutiplén. "Ya estaba anunciado, ¿eh?, pero ayer (por el miércoles) tuvimos orbayu", matizaba la chica de turismo. Hasta Anquela se lanzó a capturar un momento de las imponentes vistas que ofrecía el Santuario de Covadonga. No lo compartió en las redes, porque no tiene, pero por él ya lo hicieron sus jugadores, de Aarón Ñíguez a Mossa.

Curiosidades, un montón. Por ejemplo: Champagne y Forlín, una piña, de argentino a argentino. Los cuatro capitanes, en primera fila. Los debutantes en Covadonga, impresionados. Por ejemplo Yoel Bárcenas, panameño, que caminaba solo por la cueva de acceso. "Es muy bonito", decía con voz tímida. También fue la primera vez de Carlos Martínez, "encantado" estas primeras semanas de azul. O de Sergio Tejera, que, no obstante, matizaba que tenía planeada una visita, pero como justo se convirtió en jugador del Oviedo lo dejó para ayer. La de Champagne también era la primera vez, por eso Carretero, segundo de Anquela, le daba pistas sobre qué era aquéllo y por qué era tan importante para Asturias. De todos modos, eso fue lo primero que hizo el Abad, Adolfo Mariño, que abrió con la siguiente frase: "El Real Oviedo, ese gran equipo que lo fue, lo es y lo será". Lo dijo antes de explicar que la palabra santina significa "pequeña" y que la Santina, la virgen que preside el Santuario, mide es "una imagen de 73 centímetros".

De trasladar el ramo de flores y la camiseta del autobús al santuario se ocupó el encargado de material, Silvino Aparicio, sentado después en uno de los bancos que tenían la pegatina del Real Oviedo. Así se enteró que venía el equipo el pequeño Carlos, que le pidió una foto a Toché, que no rechazó. Nunca las rechaza el murciano. "Esta para Instagram", le decía después a su hermana. Carlos llevaba la camiseta del Athletic.

La misa se siguió con atención. Comulgaron, que se viese, tres jugadores (Borja Sánchez, Prendes y Mossa), el presidente Vallina y Carretero, el segundo de Anquela. Pusieron velas, al final, Vallina, Manolo Paredes y parte del cuerpo técnico. Y después, pasadas las 15.00 horas, se fueron a comer todos junto al Puente Romano de Cangas de Onís. Allí, claro, hubo fotos. Alguna de ellas para Instagram.

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