El Oviedo anunció ayer su séptimo fichaje para la temporada que arranca en quince días justos: Ibrahima Baldé, senegalés, 29 años, procedente del Cluj rumano y con amplia experiencia en España, en Primera (Atlético de Madrid y Osasuna) y en Segunda (Numancia). Todo esto ya se conocía y estaba archirrepetido porque la incorporación del delantero estaba cantada y se retrasó diez días por un asunto peliculero que ayer tuvo final feliz. Ibrahima llegó a Madrid a primerísima hora de la mañana con su mujer y cargado con un montón maletas embaladas con un plástico azul, de ahí a Oviedo por carretera, del hotel en la capital a pasar el reconocimiento médico y de la clínica a las oficinas del club. Allí, pasadas las seis de la tarde, firmó un contrato preparado hace diez días y que asegura una vinculación por dos temporadas. Hoy se entrenará a las órdenes de Anquela en El Requexón.

"Es un gran reto para mí y vengo a darlo todo como siempre he hecho", señaló el futbolista, que llega de entrenarse unos días por su cuenta y con ganas de debutar y gustar. El Oviedo tiene puestas esperanzas en el africano, pero oficializado el asunto, resuelto el engorroso trámite burocrático, mira de lleno a sus prioridades en el mercado, que a día de hoy son esencialmente dos: otro delantero, prioridad máxima, y otro extremo. En la libretilla de la dirección deportiva carbayona también aparece como posibilidad factible un tercer refuerzo, un defensa que pueda jugar de pivote, pero eso lo marcará la evolución de los partidos de pretemporada, si Anquela realmente ve que lo necesita o no, y también el mercado, inflado pero que suele deparar buenas opciones a última hora.

En el caso del delantero, Joselu sigue siendo a día de hoy opción preferida en el club, que maneja, sin embargo, otras alternativas. La situación sigue más o menos igual: con el futbolista hay un principio de acuerdo, pero el Granada no facilita la operación y, consciente de que tiene más novias, que es un ariete con caché, juega a varias bandas y plantea una suerte de subasta en la que el Oviedo no está dispuesto a entrar. Para el extremo también hay opciones, pero ninguna de momento cerca. En el club se quiere esperar a cerrar al delantero para conocer la situación que queda de cara a afrontar nuevas incorporaciones.

La llegada de Ibrahima refuerza la única línea del equipo que faltaba. En la portería llegó Champagne. En la defensa, Carlos Martínez. Y en el medio Javi Muñoz, Boateng, Sergio Tejera y Yoel Bárcenas. Hoy, una odisea después, Ibrahima ya viste de azul. Lo suyo costó.