El Vetusta jugó, y ganó (3-0), ayer en El Requexón contra el Caudal en Copa Federación y los precios de las entradas impuestos por el club reabrieron el debate sobre el hecho de que la entidad azul cobre a sus socios por ver al filial oviedista. Había tres precios: 10 euros para los adultos (socios del Oviedo y no socios), 5 para los sub-23 y 0 euros para quien tuviera el abono El Requexón, recibo independiente creado esta temporada por el club azul para ver al Vetusta en Segunda B y que cuesta 50 euros para los primeros 500 que lo saquen. Este abono, que tenía una tarifa inicial de 100 euros, no gusta a parte de la afición azul, que considera que a los socios del Oviedo deben poder ver gratis a su filial. Sin embargo, tres semanas después del inicio de la campaña y al cierre de esta edición, sólo se llevan vendidos 144 abonos para ver al Vetusta, cifra que equivale a poco más de un uno por ciento de los más de 10.000 que suma el primer equipo. El año pasado, la media de asistencia a El Requexón para ver al Vetusta, salvo partidos contados, también fue baja. Ayer hubo unos 200.

La creación de este abono para el Vetusta, explican desde el club, no responde a un fin recaudatorio sino a una necesidad de ordenar la asistencia a El Requexón y evitar problemas con el limitado aforo de unas instalaciones muy particulares. El Requexón, ubicado al final de una estrecha caleya y con accesos incómodos, tiene capacidad para 1.400 personas y 440 coches, cifras bajas en comparación con recintos de otros clubes que tienen equipos en Segunda B, división en la que competirá esta temporada el equipo de Javi Rozada tras su brillante ascenso. Quieren en el club garantizar la seguridad a un recinto con unos accesos muy complicados y sensibles a aglomeraciones y al caos, y la manera que han encontrado de prevenir esos riesgos ha sido con la creación de un abono que tiene un precio "simbólico": 50 euros para 19 partidos, que sale a 2,6 euros por partido.

El abono El Requexón, señalan desde la entidad, es una manera de tener una previsión de la asistencia y controlarla para que no se produzcan riesgos de ningún tipo. En el primer partido de esta pretemporada, que enfrentó al Oviedo y al Vetusta en El Requexón, el club tuvo que cortar una hora antes los accesos a las instalaciones ante la imprevisible avalancha, en julio, de aficionados, alguno de ellos cabreados por no poder finalmente asistir al partido.

El Oviedo, pues, pondrá a la venta un máximo de 1.400 de estos abonos, que es la capacidad total que tiene El Requexón. Aunque visto el ritmo de ventas de este recibo parece muy difícil que se agoten (La Liga en Segunda B empieza en poco más de dos semanas). En el improbable caso de que se vendieran todos estos abonos el club obtendría unos 115.000 euros en total, una cantidad con poca enjundia para un club con un presupuesto de ingresos cercano a los 14,5 millones.

El deseo del Oviedo es que el Vetusta pudiera jugar sus partidos en el Carlos Tartiere, donde no habría problemas de aforo y, por extensión, tampoco los habría de asistencia. En este hipotético caso, la asistencia a los partidos del filial sería gratis. Sin embargo, las deficiencias del Carlos Tartiere, en especial la del césped, que siempre ha dado problemas y requiere un cuidado especial cierran esa posibilidad. De hecho, el primer equipo del Oviedo pocas veces suele entrenarse en el Tartiere.