La plaza mayor de Lugo se convirtió, como en anteriores ediciones, en el punto de partida. Ahí se dieron cita los cerca de 1.200 oviedistas para, cánticos a modo de banda sonora, poner rumbo al Anxo Carro, estadio del Lugo. Los cerca de 3 kilómetros -cuesta abajo- fueron completados en poco más de media hora. Sirvió el corteo, una vez más, para convertirse en la excusa perfecta para hacer gala de oviedismo lejos de casa. Cuando toca desplazamiento, el color azul suele brillar más que nunca. En fechas festivas para Oviedo, San Mateo emigró durante algunas horas a Lugo.

Y eso que el contingente oviedista fue menos importante que en otras ediciones. Unos 1.200 seguidores asturianos se desplazaron a Lugo para apoyar a los suyos. La gran mayoría lo hicieron en autobuses y coches particulares. Las 2 horas y 15 minutos de viaje desde la capital del Principado facilitan las cosas. En ausencia de León, Lugo se convierte en el viaje más cómodo fuera de Asturias. Así se pudo notar desde la mañana en al casco antiguo de la ciudad lucense, inundada de motivos del club carbayón. También los hubo que aprovecharon el viaje para algo más. Como Daniel Sancho, de vacaciones en tierras gallegas como suele hacer en la primera quincena de septiembre. "Cuando salió el calendario lo celebré, encajaba perfectamente en mis planes", explicaba el seguidor azul cuando la marcha oviedista había cogido ritmo.

Otro caso diferente es el de Pelayo Botas, al que la fecha le cogió en una despedida de soltero en La Coruña. Concretamente, su despedida: se casa en octubre. Sus amigos le vistieron con la elástica carbayona, la rosa en su caso, con el dorsal de su futbolista favorito, y le llevaron al Anxo Carro a depurar el organismo tras un intenso fin de semana. "No podía fallar. Una victoria hoy sería una forma perfecta de cerrar el fin de semana", comentaba, visionario él.

La marcha transcurrió sin incidentes, protegidos los seguidores por las fuerzas del orden, y salpicada por las consignas de apoyo a los de Anquela. También con algunos mensajes reivindicativos. Como la pancarta que rezaba "Lucha, trabajo y esfuerzo para que el Real Oviedo no lo respete", y que expresaba el malestar de los seguidores del Fondo Norte con el club en este inicio de temporada.

Al final, la fiesta fue redonda. El 0-2 con el que los azules habían cerrado el choque fue coreado en la grada, donde se escuchó más a las gargantas llegadas de Asturias. Uno de los momentos de mayor ovación llegó en el minuto 88. Javi Muñoz abandonó el campo y entró en su lugar Edu Cortina, chico de la cantera.

El regreso a casa, esta vez, fue con una sonrisa. Va camino de convertirse en algo habitual esta temporada, en la que el Oviedo triunfa fuera.