En aquel curso, el 89-90, Jabo Irureta empezaba a fraguar lo que significaría el mayor éxito azul en las competiciones internacionales: la participación en la Copa de la UEFA, logrado en el siguiente curso. Irureta firmó su primer año como entrenador carbayón con buenos momentos, rozando los puestos de cabeza en los primeros dos meses de Liga, y dejando la sensación de que se estaba cociendo algo importante. Aunque aquella tarde, 29 de abril de 1990, era Osasuna (rival azul mañana en el Carlos Tartiere) el que acudía al municipal ovetense con opciones de lograr un premio gordo. Los de Pamplona no contaban con el olfato goleador de un enchufado Carlos.

Osasuna llegaba a la cita con claras aspiraciones de estar en Europa el siguiente curso. Alcanzaron la jornada 37.ª de la Liga, el último encuentro en el Tartiere, en la séptima plaza, con 40 puntos, a un punto del sexto, la Real Sociedad, que obtendría pase a la Copa de la UEFA ya que el Valencia, tercero al final, disputaría la Recopa. Incluso el quinto, el Sevilla, estaba cerca con sus 43 puntos (con el sistema imperante de dos puntos por victoria). Los cálculos visitantes eran sencillos: ganar al Oviedo en su feudo y hacer lo propio con el Castellón en la jornada que clausuraba la Liga.

Aquel Osasuna era un equipo resultón. Lo había sido desde que en 1980 regresara a la élite. Viviría a partir de entonces el equipo navarro momentos importantes entre la aristocracia de la Liga. Los 80 los consumió en Primera, con temporadas para el recuerdo como la 84-85, en la que el sexto puesto les dio acceso a Europa. En la 89/90, el objetivo del equipo entrenado por Zabalza era el de volver a las competiciones continentales.

Dirigía ese equipo desde el medio del campo Ángel Martín González, actual secretario técnico del Oviedo y uno de los clásicos en los 80 en El Sadar. A sus 25 años era el encargado de engrasar la medular pamplonesa. Pero el picante estaba arriba, con una pareja demoledora en el área contraria. El polaco Jan Urban ponía la magia y "el Cuco" Ziganda, la eficacia. El segundo, sin embargo, no jugó en el Tartiere, expulsado la semana anterior.

Irureta formó aquella tarde con Zubeldia, Murúa, Luis Manuel, Gorriarán, Sañudo, Rivas, Berto, Gracan, Juliá, Carlos y Sarriugarte. Y el Oviedo tomó pronto el mando del encuentro. Tardó tres minutos en acertar con la meta de Unanue. Rivas, vivo, sacó rápido una falta hacia la posición de Sarriugarte, que controló y centró al área, donde se irguió Carlos para rematar a la red. Luis Manuel pudo hacer el segundo en un intento desde el medio del campo. La sentencia no llegaría hasta la segunda mitad. A los 49 minutos, Berto roba una pelota en la medular y lanza en largo a la carrera de Carlos. El ariete se va por velocidad y anota por segunda vez. Fue su 14.º gol en el campeonato. La diferencia no aumentó por el escaso acierto de un Sarriugarte que se fue ovacionado por su entrega. Aquella derrota, acabó con las ilusiones continentales de Osasuna, octavo al final de campaña.

Para los azules, el colofón en el Tartiere tuvo un regusto dulce. Fue aquella una campaña para saborear, con el undécimo puesto final. Era la segunda seguida de los azules en Primera y había empezado de forma magnífica. Superados los dos primeros meses de competición, ya en la novena jornada de Liga, el Oviedo despachó un partido perfecto ante el Atlético de Madrid, le derrotó por 3-0, y se situó segundo en la tabla, con 12 puntos. Solo el imparable Madrid de Toshack (campeón al final del curso) se situaba delante con 14. El Barça era tercero, con 11. Después, el ritmo de la Liga se hizo extenuante para un equipo que se estaba asentando en la categoría. La crónica de Julio Puente para LA NUEVA ESPAÑA resumía el sentir del Tartiere: "Este Oviedo que hace ahora tres años se libró de milagro de regresar al pozo de la Segunda B, pasea con garbo por Primera".

No asistió a aquel partido el presidente Eugenio Prieto, de viaje por Yugoslavia con el secretario técnico Enrique Casas. Fue una expedición productiva: allí se fraguo el fichaje de Nikola Jerkan, jugador capital a partir de entonces.